Nunca el calor nos ha llegado a través de los hermanos y otra familia de mi marido (Joaquín de Prada González). Lo único que ellos nos han dado ha sido dolor y pena. Injusticia y pleito.

Pero yo sigo siendo yo y Joaquín sigue siendo el Ilustrísimo Notario del Colegio Notarial de Cataluña al que tanto quiso y por el que dió parte de su vida.

Afortunadamente el cariño sí que nos llega a raudales a través de amigos que nos quieren.

¡Si supierais la cantidad de cariño que tengo metido en cajas!

Ya he compartido con vosotros una montaña de cariño que me mandó un amigo a través de una carta y si no os acordáis podéis volver a leerla siguiendo este link.

Ahora toca el turno a otra preciosa carta, que me llenó de felicidad cuando la tuve en mis manos y la leí y releí. Como podréis apreciar he eliminado algún pequeño detalle para mantener el anonimato del amigo que la escribió. Espero que la disfrutéis tanto como yo.

Querida Loli,

El mismo día en que recibí tu libro me puse a leerlo, al día siguiente lo había terminado e incluso había releído ciertos pasajes que me interesaban especialmente. Mi mujer hizo lo mismo dos días más tarde.

Debemos felicitarte por el resultado de tus trabajos, desde el punto de vista formal el libro es perfecto, las fotografías, las reproducciones de cartas, los diferentes colores de las páginas hacen que la lectura sea un placer literario y, al mismo tiempo cuasi-cinematográfico.

En cuanto al contenido nos produce nostalgia y dolor, la vida de Joaquín y vuestra vida en común se parecen mucho a nuestra propia vida, tal vez no en lo anecdótico pero sí en lo esencial. Yo también tuve que abandonar muchas cosas que me interesaban para conseguir lo que Joaquín consiguió y cuando triunfé profesionalmente me encontré con la sorpresa, desagradable, de que el trabajo y la deformación personal que el “cursus honorum” me había producido me hacían casi imposible dedicarme a mi vocación primera. En lo que respecta a nuestra vida común, te puedo decir que mi mujer guarda montones de cartas, no tan bien escritas como las de Joaquín, yo escribía normalmente en otro idioma, y que los dos conocemos la dureza de la relación entre opositor y novia cuando la distancia nos separa.

Por último quiero que sepas que en sus últimos años Joaquín dejó de ser para mí un compañero de profesión para convertirse en un amigo sincero y leal. La muerte de un amigo común y lo que Joaquín hizo por los suyos me hizo ver las cualidades humanas de Joaquín, desde entonces le tuve un gran cariño aunque nuestra amistad fue, como es natural a la edad que entonces teníamos, una amistad distante y más implícita que explicitada.

Loli, ha sido a la vez triste y agradable volver a encontrar a Joaquín detrás de las páginas de tu libro, te agradezco su envío y os deseo a ti y a tus hijos todo lo que Joaquín hubiera querido para vosotros.

Recibe un fuerte abrazo de mi mujer y mío.

19 de abril de 2007.

Deja una Respuesta