Aunque yo viví una parte de la guerra y por supuesto toda la postguerra, mi padre lo vivió peor, y además estuvo a punto de que lo mataran.
Esta foto está hecha en Pont de Suert, frente a nuestra primera Notaría.
Mi padre me quería mucho y quiso mucho a Joaquín y a nuestros hijos, sus nietos. Esta foto que sigue la tomé yo el día de la comunión de nuestro hijo Joaquín, en Baeza.
En esta foto ya están todos más mayorcitos…
Mi padre puso en las manos de Joaquín este precioso libro. Nosotros teníamos una edición más normalita de algunos libros de Neruda, pero Joaquín quería las obras completas, y mi padre se las regaló. Mi padre tenía alma de poeta.
En la dedicatoria ha escrito este poema:
Yo no vivo para nada,
ni para vender merguales,
ni aun para darme un festín,
pero ay mi querido Prada,
Mi incomparable González
Ay, mi querido Joaquín
para quererte a ti mucho,
para eso si vivo, ¡Si!
Baeza 6-1-66
Jerónimo Samper
Y es que mi padre, Jerónimo Samper Hernández, era mi padre!
Adiós papá, la guerra nos traicionó mucho!