Archivo de la Categoría “Les dará rabia… pero hay quien me quiere”
Criptana 12-Abril-1959
Queridísima reinecica mía: Lo que mas me cuesta de todo el esfuerzo que ahora estoy haciendo es prescindir de estos domingos enteramente dedicados a ti. Ahora que mi amor es mas grande que nunca te puedo escribir menos. Tú eres buena conmigo y me dices que no son sosas mis cartas, pero yo se exactamente como son y se que llevo razón en lo que digo. Ahora precisamente que tus cartas son cada vez mas maravillosas, las mías son menos. Y no es que te quiera menos tú lo sabes de sobra y te pudiste dar cuenta hablando por teléfono el otro día, sino que todo esto en que me veo metido es de auténtica locura como no puedes imaginarte. Y eso que voy con suerte y por regla general no me duele la cabeza. Sólo ayer a última hora de la tarde me dolió bastante, me tomé dos optalidones y me fui a la cama nada mas cenar (José María y Vicenta se fueron al cine a ver “Con quién andan nuestras hijas” que es película para gente de derechas. Figúrate que a Facundo le gustó mucho) y hoy me he levantado ya bien. Los nervios, otro enemigo, los domino bastante bien y voy tirando. Pero se me achica la inteligencia para todo lo que no sea estudiar y cuando llega el momento de escribirte no me salen aquellas tardes de los buenos tiempos, y desde luego aquello tan lindo de las targetas que me parece que son lo mejor que te he escrito. Te pido paciencia para mí y un poco de compasión también. Bueno Loli soy un distraído y aún no te he dicho que te amo brutal y apasionadamente, que eres mi vida entera y que soy intimicamente tuyo. Te quiero más que nunca y te necesito aún más que nunca. Y mira que siempre te he necesitado todo, pues ahora es más que todo, muchísimo más. Me parece que el otro día por teléfono nos dijimos más cosas que las que creímos decir. La voz oída dice infinidad de cosas que por carta son muy difíciles de decir. Y yo me di cuenta de tu amor, de tu ternura, de tu hambre y tú de la misma manera tuviste que leer muchas cosas en mi voz. Te quiero muchísimo Loli, estás unida a mí en todo. Tus ojos desde la fotografía fijos en mí me dan vida, ánimos, fuerzas para lo que llevo y lo que aún me espera. Gracias a ti puedo vivir esta vida, virgencita. Pensando en ti lo hago todo tú eres la fuerza para mis sacrificios, para levantarme cada mañana para sentarme a estudiar, para resistir sin desfallecer hasta la noche en que me acuesto agotadico. Tú me acompañas en todo momento. Tú lo eres todo para mí. Te lo dije un montón de veces por teléfono. Tú lo eres todo para mí y gracias a tu amor puedo vivir, puedo estudiar y puedo resistir la separación que cada vez es más dolorosa pues cada vez somos más una sola carne.
Virgencita mía queridísima, ternura entrañable, mi todo, soy muy tuyo, todo yo te pertenezco, eres mi reina y mandas absolutamente sobre mí, pues soy feliz perteneciéndote, siendo carne de tu carne y alma de tu alma, viviendo para ti exclusivamente. Eres tan maravillosa. Para mí no hay luto que te haga feucha siempre estás maravillosa para mí. Lo que de ti me gusta es lo que no se puede poner de luto. Los vestidos son accesorios, no tienen importancia para mi amor. Eres tú misma, mi carnecica de Loli, su cuerpo de mujer, lo que me gusta, me parece maravilloso e inigualable. Me agrada te arregles y te vistas bien, tú lo sabes. Pero para mí y sólo para mí, lo fundamental eres tú misma, estés vestida como una reina o cubierta sólo por una manta como María en “Por quién doblan las campanas”, o con un camisonico corto de nylon amarillo, o un largo camisón blanco de boda. Eres tú misma, mi virgen, mi morgengaben, mi donación de la mañana.
Eres mi mujer. Tú copias unos versos de Neruda y uno de ellos dice: desnuda tu cuerpo de estatua temerosa. Pues bien lo que yo amo es tu cuerpo de estatua temerosa. O como dice en otro sitio: amo tu cuerpo de nácar soleado. O si vamos a la primera poesía de todas: cuerpo de mujer, blancas colinas, muslos blancos… ¿ves cómo hasta ahí no puede llegar el luto? Y por lo tanto. Yo no puedo traerme un mal recuerdo de ti porque estuvieras vestida de luto y de prestado, pero es que yo le tengo manía al luto y por eso te digo cosas metiéndome con él. El feo es el luto. Tú resplandeces en él como el sol entre nubes. Tu belleza para mí es eterna y no me contradigas porque te responderé lo de siempre: tienes la mejor belleza: la que yo se ver en ti. Es mejor ser hermosa para un solo hombre que serlo para muchos. Es mi opinión ¿opinas tú otra cosa? Y te advierto que fuera de eso estoy muy orgulloso de ti. Yo veo las mujeres de los demás y tú vales muchísimo más. No digamos ya Vicenta, la mujer de T mismo es un rato fea. Mari Carmen la de Facundo, la mujer de Bernardo el abogado amigo de mi hermano, todas valen lo que un pepino. Pero bueno aquí el que tiene que opinar soy yo y digo que eres maravillosa y que no hay otra como tú y no admito discusión, por una sola vez me voy a poner enérgico. Ah! Y vales mucho más que yo. Aún en mis buenas épocas que es cuando estoy a tu lado y me cuidas tú que es cuando llevo recortado el bigote, las uñas cortas, bien cortado el pelo y peinado. Aún entonces vales tú más y no te digo ahora que voy hecho un auténtico desastre. Porque yo soy un desastre y sólo el deseo de agradarte y tus cuidados me convierten en algo pasable. Yo quisiera hablarte de mí. La vida que llevo más o menos la sabes. Me levanto a las 9 ½ y me acuesto a las 11 ½. Estudio por la mañana de 10 a 2, luego te escribo. Como y me pongo a estudiar a las 4 hasta las 6 y de 6 ½ a ocho, voy a echar la carta y vuelvo a casa. Doy temas con JM y a las 9 ½ me voy a estudiar, hasta la hora de cenar que varia y nada mas cenar otra vez a estudiar hasta las once y media, en que te escribo la hoja del Diario y me acuesto. Te doy las buenas noches y me duermo. Suelo dormir bastante bien, afortunadamente.
Tu carta me llega sobre las doce de la mañana y me hace verdaderamente feliz. A media mañana suelo tomar un bocadillo de queso o chorizo y por la tarde a las 6 meriendo otro bocadillo. Duermo en el mismo cuarto que mi madre, o ella en el mío, entre otras razones porque no tienen otro cuarto habitable. Hoy me he levantado a las diez, hace un día espléndido de sol. ¡Quién estuviera junto a ti! Te escribo y dentro de un momento desayunaré y me iré a pasear. Esta tarde a estudiar ¡Qué lata! Estoy animado y optimista aunque no se porqué. Te quiero brutalmente porque eres mi vida y no se vivir sin ti. Te amo apasionadamente vidica mía, ternura, reinecica, mi todo.
Ya he vuelto de pasear. Solo he ido y te he echado de menos brutalmente vengo con muchísima hambre de ti, con mucho amor y ternura y me duele no poder entregártelo, no estar junto a ti para hacerte ofrenda de todo esto que en mi corazón nace y tuyo es. Queridísima: ¿qué haces en estos momentos? ¿Cómo piensas en mí? ¿Cuál es tu hambre? Te necesito virgencita, te necesito ¿no lo notas? ¿No te estremeces toda de pura hambre? ¿No notas caer sobre ti todos mis pensamientos, todo mi amor? Una mañana como esta ¿qué haríamos? Yo no se, hace tanto tiempo que estamos sin vivir juntos. A poco de conocernos salíamos los domingos por la mañana y por la tarde. Y por la tarde tempranísimo, siempre hemos tenido prisa por estar juntos. No digo ya aquel verano pues entonces nos pasábamos todo el día juntos. Pero aquello no me basta pues ahora te quiero muchísimo más, pero fuera de aquella época nunca hemos estado juntos sin miedo de separaciones. Siempre teníamos encima una próxima separación que nos quitaba la calma y tranquilidad. ¿Qué es una mañana de domingo a tu lado? ¿A qué sabe? Ternura mía: No hemos tenido tiempo de disfrutar uno del otro, siempre separados. Tiene que ser maravilloso el vivir juntos sin temor de separaciones. Yo creo que a ti y a mí es lo que mas nos va a gustar del matrimonio: vivir juntos para siempre, sin ninguna ausencia. Entre tanto tenemos que conformarnos con soñar con una mañana como esta, llena de luz y sol. Una mañana en que tú y yo estamos juntos.
Esta semana he estudiado bastante. Te diré cuanto: Derecho Civil: Parte general cinco temas. Obligaciones cinco temas. Familia cinco temas y sucesiones cinco temas. Reales cuatro temas. Mercantil diez temas. Hipotecaria diez temas. Fiscal cuatro temas. Notarial cuatro y Procesal tres. Sumando salen cincuenta y cinco temas que son todos tuyos pues para ti los he estudiado. Si me lo merezco me mandas premio que yo apuntaré en mi libretica.
Loli ahora voy a hablarte de venir a mí. Me has engañado en cierto modo y eso no está bien. Tú me decías en tu carta que ya no venías y que no te insistiera y como estabas mala yo te hice caso y te dije aquello de mi carta. Pero era suposición mía deducida de la larga experiencia que tenemos. No había hablado con mi madre ni con nadie pues para eso esperaba tu aprobación. Por lo tanto aun se puede intentar. En tu próxima carta me dices si no te importa venir: en ese caso yo hago las gestiones que sean (siempre como cosa mía claro) y veremos lo que resulta. Sino, lo dejamos estar, y conste que no me enfado ni lo más mínimo pues no me extraña nada no te apetezca venir aquí, yo estoy deseando salir de esta casa para siempre y lo que me decías en tu carta indignada tenías razón. ¿Queda entendido? Hay una mala noticia. Va a venir MI. Tu sabes ya por este verano lo que esto supone. Cuando me lo dijo mi madre casi me echo a llorar pues era lo único que me faltaba. Mi madre dice que se va a estar aquí todo el tiempo que pueda para ver si estando ella la otra idiota retrasa el viaje. Por ahora solo es proyecto, ya te iré dando noticias según me vaya yo enterando. En fin, que no somos nadie. Mi madre me dice que a mi que me importa puesto que me paso todo el día encerrado estudiando, pero tu sabes que esta casa se pone aún más insoportable cuando viene esa imbécil. Loli para mi fue maravilloso el hablar por teléfono el otro día. ¿No podrías llamarme cada 15 días en vez de cada mes? Sería una gran ayuda para mí. Dime pronto algo sobre esto. Tengo aun “Labores del Hogar” aquí, es el nº de marzo-abril. Mañana mismo intentaré mandártelo.
Tengo la lista de los opositores, ni la he visto. Dime si te interesa verla y te la mando. Es grandísima, figúrate que son 551. Entre ellos está tu hijico pequeño. Pero no creas que me asusta que haya tanta gente. En las oposiciones lo de menos es la gente que va, pues todo el que hace bien el ejercicio aprueba. Tu no te preocupes de que haya 550 además de yo, sino de si yo me se bien el programa y si se hacer bien los ejercicios. (…) No dejes de ir a ver “Gigante” tengo muchísimo interés en que la veas para que me digas si es buena o mala y que tal trabaja el tal James Dean, que aún no lo hemos visto ninguno de los dos. ¿Sales de casa? ¿te entretienes? No tengo ningunas ganas de estudiar esta tarde, lo hago por ti. Quiéreme muchísimo. Tengo que separarme de ti. Espero que mi carta te haga tan feliz como a mí esta mañana que te puedo dedicar. Soy todo tuyo y el día entero te pertenecerá pues estudiar es la mejor forma de amarte y más ahora. Tú cuídate tal y como yo te pido. Cuídate muchísimo pues es tu forma de cuidarme a mi. Tú forma de amarme. Para ti todo mi amor, mi ternura, mis deseos de verte. Mis besos húmedos y calientes. Mis caricias llenas de amor.
Muy tuyo y para siempre Quin tu dueño
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Hoy es viernes de Dolores. Para los que no lo sabéis hoy es el santo de todas las Lolas, Lolitas, Lolis, Dolores, Caridades etc… Es el viernes anterior al domingo de Ramos.
Lo se, entre otras razones, porque hoy es MI SANTO.
Así que me he puesto a escoger fotos para vosotros, fotos que me gustan ¿hace falta otra razón?
Aquí teneis mi aguamanil, que es precioso, lo compré en Manises, en Valencia, a un artesano que se llama Gimeno y cuya fábrica aún existe. Me gusta tenerlo con manzanas y otras frutas, que compro sólo por lo bonitas que quedan y su color. Nótese la ranita que me lo cuida.
Esta foto es preciosa. La ha hecho mi hijo Joaquín y estamos en el mercadillo de Portobello en Londres. Estamos monísimos.
Este es otro detalle de mi cocina (el aguamanil también esta en mi cocina). Lo llamo mi pared de cucharitas. Nada más ni nada menos que mi colección de cucharitas de medir. Yo he comprado muchas, y otras me las han traido mis hijos y amigos. Hay de todo el mundo, de Macys, de Harrods, de Selfridges, de Tiger, de Habitat, y de MIL sitios más. Pero ¡ojo! un detalle: mi cucharón-colador con cactus. Creo que puedo decir que debo ser de las pocas personas en el mundo con un cucharón-colador con cactus. Os cuento, mi hijo me lo compró en MACYS en San Francisco. Y es muy práctico, pero yo soy así, me hacía ilusión poner mi cactus. Así que lo hice… ¿te gusta?
Hasta siempre comandante! Esta foto me la han mandado mis amigos Aurora y Adolfo Calatayud. Esta hecha en Cuba. Digamos que como todos, estoy llena de contradicciones. Así detesto a Fidel Castro y su regimen, pero soy una apasionada de Ernesto “Che” Guevara, el guerrillero argentino. Creo que era una buena persona.
¿Tienen buena pinta? ¿Te apetecen? ¡Ven corriendo antes de que se desinflen! Los ha hecho Cristina, vereis, cuando Cristina era (relativamente) pequeña, le pidió a su padre ir a estudiar cocina a la escuela Ritz-Escoffier de París, su padre (y yo, claro) le dijimos que sí, pero que se lo tenía que organizar ella.
Y claro, lo hizo, fue a Paris, aprendió un montón, y desde entonces nos hace unas cosas buenísimas.
Estas fotos son de la “Nit amb Barret 2015” la noche con sombrero, porque vereis, mi hija Cristina no solo es una excelente cocinera, licenciada en derecho y muchas cosas más, mi hija Cristina sobretodo es SOMBRERERA. Le encanta hacer sombreros y hacer cosas alrededor de los sombreros.
Por eso cada año organiza la “Passejada amb Barret” a la que van cientos de personas. Yo este año quisiera ir, pero no se si podré por que estoy muy malita.
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NOTA ACLARATORIA: ESTA ENTRADA ESTA ESCRITA POR JOAQUÍN DE PRADA SAMPER, NIETO DE DOÑA CARMEN GONZÁLEZ PÉREZ. ESTE ES EL MENSAJE: YO CON LAS FOTOS DE MI ABUELA HAGO LO QUE QUIERO.
Estaba la muñequilla sucia y despintada, y le faltaba una pata; pero como la pobrecita Pelusa nunca había tenido otra, parecíale preciosa, y le puso por nombre doña Amparo, porque así se llamaba la señora gorda que vivía al fin de la calle y que gastaba sombrero con plumas.
La abuela Carmen tuvo una nenita, y la perdió de una manera terrible.
Por eso cuando nació Cristina, además en Madrid, papá intentó que fuera la nenita de la abuela. Por eso, y porque es especial, Cristina adoraba a su abuela.
Aquí la vemos en Gavá en el verano de 1972. Jugando con “Doña Amparo” la muñeca, la nenita de Cristina, que, por cierto recibía su nombre del libro “Pelusa” del Padre Coloma.
Siempre que Cristina iba a Madrid visitaba a su abuela.
Pero un día se murió papá y otro día se murió la abuela y nos dejaron solos, ahora visto lo visto, abandonados. La congregación del Niño Jesús de Praga nos robó, nos dieron la espalda delante del ataúd de la abuela. Cristina se sumió en una profunda depresión.
Pero nunca podrán borrar estas imágenes.
¡Ah! Se me olvidaba decir que doña Amparo sigue viviendo en la calle de Zorrilla, núm. 12; pero ha tomado también otro cuarto bajo en la calle de San Bernardino, núm. 14, donde pasa muchas horas del día y recibe a sus amigos.
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Querida Concha. Mis hijos y yo, queremos compartir en mi blog un pequeño, pero muy sentido recuerdo a tu inseparable Manolete, que fue amigo de juventud de mi querido Joaquín.
Concha, ya sabes que te queremos mucho, que no te olvidamos, que esto que a ti te pasa ahora a mi me pasó hace casi 22 años. Ese dolor no lo quita nada ni nadie, pero también te aconsejo que no decaigas, que no hagas lo que yo he hecho, sigue queriéndolo igual, pero sal, sal, sal a la calle. Salamanca es preciosa.
Con todo nuestro cariño,
Loli de Prada
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La librería Victor Jara es una pequeña joya que se encuentra en la Calle Meléndez 21 de Salamanca. Atravesar sus puertas supone estar entre amigos, ser tratado con cariño y encontrar libros maravillosos, como el nuestro ¡como no! Aquí arriba podéis ver el escaparate de la librería, luciendo nuestro libro.
El libro de Joaquín y Loli, que en su última encarnación se llama: CENSURADO. JOAQUÍN Y LOLI UN ENCUENTRO DE CINE. Estuvo a la venta en las mesas que la maravillosa librería Victor Jara puso en la Plaza Mayor de Salamanca con motivo del día del libro, el 23 de abril de 2012.
La persona al cargo de la Librería Victor Jara es mi entrañable amigo y editor del libro Mario Martín Fraile, que tras haber montado el chiringuito del día del libro a primerísima hora, y con una Plaza Mayor desierta, realizó este divertido reportaje, en el que Joaquín y Loli, se pasean, en la portada del libro, por toda la plaza…
Y desayunan en una terraza…
Es tan temprano que son los primeros en llegar, está la terraza desierta…
…y hasta saludan a Miguel de Cervantes.
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Se me quiso hacer callar, bajo la excusa de unas fotografías de infancia y de familia que “invadían la intimidad” y parecería que han vencido (ahora está en manos del Tribunal Supremo), pero vosotros me conocéis a mí y sabéis que ni yo ni mis hijos nos dejamos intimidar, ni vencer. Es por eso que el libro vuelve a estar a la venta, con un pequeño cambio de título, que ahora incorpora la palabra CENSURADO, que es como nos hemos sentido, censurados.
Queridos lectores de mi blog, espero que vayáis a vuestra librería y compréis el libro (18 euros no os sacarán de pobres), y que lo disfrutéis, pues hay mucho dentro para disfrutar. Las fotos “ofensivas” han desaparecido, por lo que ya no veréis más fotos de infancia de Joaquín que aquellas en las que aparece solo, ni tristemente veréis fotos de los abuelos y bisabuelos paternos de mis hijos. Pero hay novedades interesantes que estoy segura vais a disfrutar.
Muchos me habíais pedido más cartas de Joaquín: ¡HECHO!.
Otros pedíais cartas mías: ¡HECHO!
Algunos queríais más información sobre las Conversaciones cinematográficas de Salamanca y sobre la revista Cinema Universitario: ¡HECHO! En el libro encontraréis la versión definitiva de los hechos, escrita por uno de los protagonistas, el maravilloso y galardonado escritor Salmantino (y gran amigo): Luciano González Egido. La última palabra sobre el tema, los puntos puestos sobre las iés, de gran interés para los amantes de la historia del cine.
Algunos se han preguntado a lo largo de este calvario que me han visto pasar, cual era la posición de mis hijos en este tema (aunque ha quedado bien claro en mi blog y en los suyos!). Su posición, como la mía, ha sido la de víctimas de esta persecución sin sentido que hemos sufrido, pero antes que todo, su posición ha sido la de maravillosos hijos que me dieron todo su apoyo y ayuda para la elaboración del libro “prohibido” (retirado de las librerías por orden judicial desde hace muchos meses). En esta nueva edición del libro podéis leer tres maravillosas cartas de apoyo que han querido que yo incluya.
También de gran interés, la carta de mi editor y amigo, Mario Martín Fraile, que aquí os transcribo ya que explica desde su punto de vista esta odisea:
En la primavera de 2005 Amarú ediciones recibió una propuesta de edición de un libro cuyo corazón se componía de las cartas de amor que Joaquín de Prada envió a Loli durante los tres años que duró su noviazgo. Joaquín había muerto unos años antes y Loli salía de una grave depresión con un objetivo: ver realizado el libro que proyectaba como homenaje a Joaquín.
El proceso fue largo, no teníamos una idea clara sobre el contenido, ni el hilo conductor del libro, tampoco habíamos pensado si diferentes ilustraciones o fotografías formarían parte del mismo, dado que disponíamos de una importante cantidad de ellas.
Se optó por acompañar el texto con fotografías adecuadas al momento y también al tema, en cada uno de los apartados en que íbamos estructurando el trabajo. No eran fotografías fundamentales o imprescindibles a la hora de la edición del libro, lo único imprescindible eran las cartas y lo siguen siendo. Sin embargo daban un ambiente familiar que era uno de los aspectos buscados en la publicación.
Nadie, ni Loli como autora, ni los colaboradores más cercanos y amigos de Joaquín: Julio Burdiel Hernández, Alfredo Flores Pérez, Luciano González Egido, Ángel Rodríguez Sainz y Manuel Hernández Alcántara
Ni Ubaldo de Casanova y Todolí autor de la introducción; ni yo mismo como editor, con más de 400 publicaciones en mi haber, podíamos imaginar el desenlace de la publicación. Joaquín y Loli un encuentro de cine vio la luz a finales de 2006; no habían pasado dos meses cuando nos sorprendió una demanda judicial por parte de los hermanos de Joaquín, contra Loli como autora y contra Amarú Ediciones como corresponsables por la utilización de las fotografías, en las que aparecían ellos sin haber dado su consentimiento. Hay que decir que las fotografías tenían más de sesenta años, es decir, databan de la época de niñez de Joaquín y sus hermanos, también había alguna de los padres de Joaquín. Creíamos, que tanto los padres como los hermanos de Joaquín no solo eran familia de Joaquín sino también suegros y cuñados de Loli y abuelos y tíos de los hijos de Joaquín y de Loli, todo esto al parecer no era motivo suficiente para aparecer conjuntamente con Joaquín en este libro homenaje.
Al final, un desencuentro familiar enquistado frustró la ilusión de Loli, apoyada siempre por sus tres hijos José Manuel, Joaquín y Cristina de Prada. El juez como medida cautelar ordenó inmediatamente la retirada del libro.
Pasaron un par de años, se celebró el juicio, en el cual tanto Loli como Amarú Ediciones, renunciamos a presentar testigos; teníamos claro que no existía nada en el libro que pudiera considerarse peyorativo, vejatorio, denigrante, insultante, o cualquier otro aspecto que justificara la sentencia posterior que fue la retirada definitiva de la obra de las librerías. El juez con la inestimable intervención de la fiscal consideró más importante el derecho a la imagen de los demandantes que el derecho a la libertad de expresión y creación. Hay que decir que los abogados de Loli de Prada y de Amarú Ediciones no encontraron ninguna sentencia similar o parecida, anterior a esta, por lo que muy probablemente de ahora en adelante, cualquier editorial tendrá que plantearse la utilización de fotografías familiares, en libros de tipo conmemorativo, populares, tradicionales, o biográficos
Cualquiera que haya leído y visto el libro se dará cuenta que el derecho a la imagen es solo una burda disculpa.
Loli se enfrenta a lo que consideramos una injusticia que después de seis años sigue abierta, dado que se ha interpuesto recurso ante el Tribunal Supremo, que esperamos se gane y permita que no se liquiden las posibilidades de editar libros de estas características. Y se enfrenta con un libro idéntico al anterior en su escritura, aunque sin los documentos fotográficos, que tanto molestaron y que dieron lugar a la querella. Es decir el libro es el mismo, y su lectura igual de apetecible, pero las imágenes las tendrá que poner el lector.
Como editor y librero desde hace más de treinta y cinco años desconozco si hay o ha habido casos similares, en los que se trate denodadamente de eliminar una publicación con excepción por supuesto de libros donde es claro el plagio o el trucado de imágenes.
Superados los disgustos y decepciones, aún con algún frente abierto, saludamos hoy este nuevo libro, como recién estrenado, y tanto Loli, como nosotros nos enfrentamos con ilusión a esta aventura de amor y de cine.
Esto es todo por ahora. Estaremos en contacto queridos lectores. Os quiere,
LOLI DE PRADA
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Mi amiga Ana Mirasol de Albacete me escribió ayer 23 de febrero de 2010 lo que a continuación os pongo y aprovecho para compartirlo con vosotros y contestarle en mi blog:
“Hola Loli. ¿te suena esto?:
‘El aprecio a las buenas historias es consustancial a la condición humana. Pero sí es cierto que mucha gente no valora esta riqueza, por el simple motivo de que la han educado para vivir de espaldas a ella. Una parte muy importante de este tesoro, las tradiciones familiares (lo que se suele llamar «memoria generacional») ha sobrevivido mejor a estos embates, pero incluso hoy día peligra a causa de cambios sociales que afectan gravemente la cadena de transmisión. Digamos que hoy día no se suelen dar las condiciones para que los abuelos cuenten «batallitas» a sus nietos. Y las consecuencias de eso pueden ser desastrosas. Porque las historias familiares son parte esencial de la educación de cualquier persona. No verse expuesto a ellas genera una carencia que, en mi opinión, explica en parte fenómenos tan inquietantes como el reciente episodio del «botellón» masivo convocado a golpe de SMS.’
Es el párrafo de una entrevista que leí en Internet hace tiempo, poco después de iniciar nuestra amistad “telefónica”. Por entonces estaba yo iniciando el relato que ya sabes y andaba un poco desanimada, sin saber si merecía la pena o sólo tendría interés para mí. Y fueron esas palabras de tu hijo las que me convencieron de que yo estaba en lo cierto y que mis hijos y mis nietos debían conocer cómo fue la vida de mis padres y su repercusión en la mía propia. ¿Comprendes ahora lo que yo quería explicarte el otro día , cuando hablabamos por teléfono?
Un beso, Loli, ya nos llamaremos.
P.D. He empezado una segunda parte, pero va despacio, muy despacio.”
Ana,
Efectivamente es una entrevista a mi hijo José Manuel (que os pongo completa abajo). Me alegro que te gustara y que te haya sido de utilidad para tus trabajos que en este momento estás realizando.
En cuanto a lo de ir despacio, no hace falta ir deprisa, ni llegar primero, pero hay que saber llegar.
Un abrazo muy grande,
Loli de Prada
Aquí sigue la entrevista completa realizada por Juan Ignacio Pérez para Asociación Litoral:
José Manuel de Prada
“El reciente interés por las llamadas «leyendas urbanas» ha servido para que muchas personas descubrieran de pronto que son portadoras de un acervo tradicional”
José Manuel de Prada Samper, traductor, viajero e investigador de la cultura oral universal, nos sorprende cada cierto tiempo con una obra divulgativa que despierta nuestro afán por conocernos. Ya sea haciendo trabajo de campo o rescatando viejas ediciones desconocidas en nuestro país, sus libros nos muestran a los verdaderos protagonistas del relato popular, los narradores, personas con nombres y apellidos que comparten objetivos, técnicas y gestos, a pesar de las diferencias raciales, geográficas, idiomáticas o históricas. Escoceses, bosquimanos, irlandeses y castellanos son en sus obras vecinos de una misma comunidad, aquella que expresa preguntas y respuestas existenciales a través de los cuentos, confiando en el valor generador de la palabra.
¿Por qué consideras tan importante que la ciudadanía conozca los relatos que proceden de la tradición oral?
Porque son parte de nuestro patrimonio colectivo y porque la sabiduría que contienen todavía tiene vigencia, o es susceptible de adaptarse a las preocupaciones y necesidades de nuestros tiempos. Nuestros abuelos y bisabuelos se educaron en gran medida por medio de esos relatos. Relegarlos al olvido, menospreciarlos como algo «infantil» o «pintoresco», o incluso convertirlos en la competencia exclusiva de un puñado de eruditos es un acto irresponsable de automutilación. Más aún, es sabotear una parte fundamental de nuestra memoria, de aquello que nos hace seres humanos.
¿Crees que aún hay sectores de la población que desconocen la riqueza atesorada en la memoria de sus ascendientes?
El aprecio a las buenas historias es consustancial a la condición humana. Pero sí es cierto que mucha gente no valora esta riqueza, por el simple motivo de que la han educado para vivir de espaldas a ella. Una parte muy importante de este tesoro, las tradiciones familiares (lo que se suele llamar «memoria generacional») ha sobrevivido mejor a estos embates, pero incluso hoy día peligra a causa de cambios sociales que afectan gravemente la cadena de transmisión. Digamos que hoy día no se suelen dar las condiciones para que los abuelos cuenten «batallitas» a sus nietos. Y las consecuencias de eso pueden ser desastrosas. Porque las historias familiares son parte esencial de la educación de cualquier persona. No verse expuesto a ellas genera una carencia que, en mi opinión, explica en parte fenómenos tan inquietantes como el reciente episodio del «botellón» masivo convocado a golpe de SMS.
Tu último libro está dedicado a una narradora tradicional. ¿Qué importancia crees que tiene el individuo que narra frente a la fidelidad a la tradición, a la dictadura de la memoria o al canon del texto?
Yo sostengo (y, por supuesto, no es un planteamiento original mío) que un narrador tradicional es autor de sus propias versiones. Por supuesto, trabaja con una trama, unos motivos, que le vienen legados por la tradición, pero cómo exponga esa trama, cómo organice esos motivos, es algo que depende de él o ella. También depende de una serie de factores como el momento en que se narra, a quién se narra, cuál es la actitud del público, etc., etc. Lo que para mí hace que el estudio del folklore sea algo fascinante es precisamente eso. Y también aspectos cómo la gestualidad, la inflexión de la voz y otros factores de lo que se suele conocer con el término inglés performance. El elemento puramente textual, por supuesto, tiene también gran importancia. Yo no digo que no deban estudiarse los aspectos filológicos de un relato. Pero hoy en día, después de las aportaciones fundamentales de estudiosos como Malinowski, Linda Dégh Richard Bauman o Albert B. Lord, no podemos limitarnos a eso. Sin embargo, en España hay gente que parece anclada en Frazer, como si eso fuera el último grito.
¿Por qué crees que en los estudios hispánicos sobre los cuentos se le ha prestado tan poca importancia a la persona transmisora de los textos?
Porque el enfoque sociocultural en el estudio del folklore sólo se comienza a consolidar hacia los años de 1960, con la publicación en alemán (1962) y más tarde en inglés (1969) del crucial estudio de Linda Dégh Cuento popular y sociedad. Pero en España las personas que se dedican a estas cosas suelen sentir muy poca curiosidad por lo que se hace o deja de hacer en el resto del mundo. Por eso, tanto los métodos de recogida de cuentos como los aplicados a su análisis son más bien anticuados, por no decir francamente obsoletos. En el mundo hispánico el cuento, romance, etc., sigue viéndose como un «texto» que flota en el vacío, intemporal, al margen de los avatares de la Historia. Una vez se sitúa al arte verbal en el devenir de la Historia, se ve con claridad que está íntimamente ligado a las personas que lo cultivan. Mi estudio sobre Azcaria Prieto de Castro es, en parte, un intento de introducir en España este tipo de enfoque. Lo que yo he hecho con una narradora ya fallecida se podría hacer con personas vivas.
¿Sirve la tradición oral todavía para que la gente se explique de forma local lo que sucede a su alrededor o, por el contrario, a estas alturas se trata de una costumbre del pasado?
La tradición oral es como la energía: indestructible, porque es algo (sobre todo en lo tocante a la narración) que está íntimamente ligado a nuestra humanidad. Eso sí, la tradición, incluso donde goza de gran vitalidad, está en constante proceso de cambio, y no cabe duda de que en los países industrializados este cambio, más que como renovación o actualización, se manifiesta como un empobrecimiento. En España, hoy día, no es tan fácil recoger cuentos de encantamiento como hace treinta años, aunque es prematuro decir que estos cuentos hayan desparecido o vayan a desaparecer a lo largo de esta generación. En cambio, hay otros géneros, como las leyendas o los relatos humorísticos, que sí parecen gozar de notable vitalidad. El reciente interés por las llamadas «leyendas urbanas» ha servido para que muchas personas, entre las que me puedo contar yo, descubrieran de pronto que son portadoras de un acervo tradicional. Por otro lado, el estudio de ese tipo de relatos demuestra que sí, que seguimos creando y transmitiendo historias, y que lo hacemos en gran medida para explicarnos el mundo que nos rodea. Las leyendas modernas son fiel reflejo de muchas de las preocupaciones de la sociedad actual: la relación con personas de otras culturas, los peligros de la tecnología, la creciente criminalidad, etc., etc. Contar historias, repito, es uno de los actos humanos por excelencia. Quizá sea precisamente aquello que nos hace humanos. Y no sólo contarlas, por supuesto. También escucharlas. El hombre es un animal que cuenta y escucha historias, y lo hace por una gran variedad de motivos: para entretenerse, para educar, para transmitir información, para provocar, para curar, y así un largo etcétera. Nuestra vida cotidiana está íntimamente ligada a la narración y, por supuesto, no me refiero únicamente a la narración de relatos tradicionales, sino que incluyo también las anécdotas personales, chismes y similares.
¿Consideras que se han hecho esfuerzos suficientes para rescatar y poner en valor el patrimonio inmaterial constituido por la tradición oral o compartes la opinión de quienes creen que este aspecto de la cultura popular se ha cuidado menos en España que en otros países?
En España los estudios de folklore siempre han sufrido de una notable «desvertebración», por decirlo de algún modo. No existen por sí mismos, casi siempre han estado vinculados a la filología, la dialectología, los estudios literarios, etc. Lo que habría que hacer es «vertebrarlos». Tendría que haber una titulación en folklore en nuestras universidades, o al menos un «instituto de folklore» que promoviera el estudio riguroso de las artes verbales. Mejor aún, una especie de «red» de centros de este tipo, una red coordinada. Deberíamos tener archivos de folklore, como los que hay en Irlanda, Finlandia o Grecia. Con la tecnología de hoy en día, almacenar esta información y ponerla a disposición de los estudiosos es más sencillo que nunca. Pero, claro, habría que formar un equipo de «encuestadores» que recogiera esta información. Pero tampoco esto sería complicado, puesto que la experiencia demuestra que no es difícil implicar, por ejemplo, a estudiantes de instituto en tareas de este tipo, para que recojan no sólo la literatura tradicional de los lugares donde viven, sino también la historia oral de esos lugares. Archivos de este tipo (que tuvieran su sede, por ejemplo, en museos etnográficos como hay en muchas localidades) se podrían crear con presupuestos relativamente modestos. Por sólo poner un ejemplo, si no se hace nada, en pocos años la memoria oral de nuestra guerra civil desaparecerá con las últimas personas que vivieron esos tiempos. La cantidad de información que perderán las futuras generaciones será brutal. Porque mis propias investigaciones en determinadas zonas de España demuestran que la «memoria oral» de la gente sencilla y corriente que vivió todo aquello en calidad de «comparsas» (es decir, la inmensa mayoría de la población de una y otra zona) ha preservado mucho que no está en los archivos o en los libros escritos por los grandes protagonistas y que es igualmente importante para tener una visión clara y lo más completa posible de lo sucedido. Aparte de que estimular a los más jóvenes a hablar con sus mayores sobre estas cuestiones tiene, en si mismo, un gran valor educativo.
Hemos vibrado con tu emocionante relato sobre las andanzas de los Espinosa por España. ¿Qué es lo que te fascinó personalmente de su trabajo que incluso te impulsó a escribir sobre ellos?
Bueno, además de ser los autores de las dos colecciones más importantes de cuentos españoles, ellos eran parte de la historia que quería contar, sobre todo el hijo. Pero siempre me ha fascinado todo lo que tiene que ver con nuestros predecesores: cómo recogían los cuentos, en aquellos tiempos en que no existían las grabadoras portátiles, cómo se las arreglaban para buscar informantes, etc. En el caso de Espinosa hijo, ya desde mi primer contacto con su colección me intrigó mucho que hubiera hecho su trabajo de campo en vísperas del estallido de la Guerra Civil, y que esta le sorprendiera sobre el terreno. Sus investigaciones tienen mucho mérito, y yo he aportado algunos datos al respecto hasta ahora desconocidos, pero queda todavía mucho por averiguar.
¿Cómo definirías al padre y al hijo como investigadores del cuento popular español? ¿Qué diferencias en cuanto a motivaciones, métodos, tratamiento… percibes entre uno y otro?
El padre era un folklorista nato, pero de la época en que primaba el llamado método histórico-geográfico, que se centraba sobre todo en comparar las distintas variantes, estudiar su distribución geográfica, e intentar establecer el origen de cada relato y su «forma primigenia». La edición definitiva de sus Cuentos populares españoles es uno de los mejores exponentes de este tipo de enfoque y, a mi modo de ver, sigue teniendo un enorme valor para los folkloristas de ahora. No estoy de acuerdo con Rodríguez Almodóvar cuando lo considera (en su libro Los cuentos maravillosos españoles) un mero «monumento bibliográfico», «no muy útil para las exigencias actuales».
Respecto al hijo, hay que decir que fue, en parte, un «folklorista accidental». Como yo documento en mi libro, fue su padre quien lo animó a recoger cuentos, una vez constató que él no podría nunca viajar a España. Aun así, su trabajo es en muchos aspectos superior al de Espinosa padre. Recogió bastantes más cuentos en menos tiempo (en parte porque tenía más movilidad) y es notable su mayor interés por los narradores, cuyos nombres no deja de mencionar en el artículo en que describe sus viajes. Sus anotaciones a los relatos se limitan a dar la clasificación tipológica, enumerar los motivos y reseñar las variantes hasta ese momento conocidas. Pero la suya es una colección que no se ha superado en cantidad, variedad, y calidad de los relatos.
¿Crees que es posible la pronta reedición de los libros de Espinosa padre?
¡Ojalá! Desde luego, Cuentos populares españoles debería reeditarse. Tengo la secreta esperanza de que mi libro anime al Consejo Superior de Investigaciones Científicas a «rescatar» esta importante obra.
Esperamos que sí.
Obras publicadas por José Manuel de Prada Samper
Las mil caras del diablo (Cuentos, leyendas y tradiciones). Editorial Juventud.
Mitos, cuentos y leyendas de los cinco continentes. Editorial Juventud.
Cuentos de las Tierras Altas escocesas. Editorial Siruela.
Cuentos populares irlandeses. Editorial Siruela.
La niña que creó las estrellas. Relatos orales de los bosquimanos Xam. Editorial Lengua de Trapo.
El pájaro que canta el bien y el mal. La vida y los cuentos de Azcaria Prieto. Editorial Lengua de Trapo.
Además, ha traducido a autores en lengua inglesa como Herman Melville o Gerald Brenan.
Entrevista realizada por Juan Ignacio Pérez (juanignacioperez@weblitoral.com)
© Asociación LitOral, Abril 2006
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Yo y mis hijos queremos felicitar a nuestro entrañable amigo Luciano G. Egido.
Luciano, la más grande felicitación que hayas podido tener queremos que vaya a través de Joaquín y de todos nosotros. Enhorabuena Luciano por este premiazo que te han concedido y que tanto te mereces: Premio de Novela Histórica de la Fundación Villalar, por el libro “Los túneles del paraíso”, publicado por la editorial Tusquets.
Comparto con vosotros esta fotografía de hace poco tiempo en la que tan amablemente me está dedicando el libro “El cuarzo rojo de Salamanca” un día que vino a Barcelona y en el que pudimos tener el placer de estar juntos, comer juntos y pasar un buen rato. Al lado de la foto podéis leer la dedicatoria que me está poniendo.
Para los que tanto disfrutan de las cartas de Joaquín, aquí va una breve carta que me escribió el 27 de febrero de 1959 y en la que me cuenta que ha estado con su amigo Luciano.
fetería de la Gran Vía. Te diré antes que nada que te quiero mucho que soy completamente tuyo y que te necesito brutalmente. Hoy me hacías mucha falta. Pienso que soy un egoísta, por cualquier cosa quiero tenerte a mi lado. Te diré que hay de mí. He venido a este Madrid en un coche que sale de Criptana a las 7 de la mañana. He estado en casa de mi preparador y he hecho el ejercicio. No me ha salido mal aunque tampoco bien del todo, unos nervios que no te puedes imaginar. Mi preparador me ha dicho que me sé los temas y que solo tengo que acostumbrarme a dar temas. Vendré cada 15 días a dar temas. Estoy contento pues todo me será de una gran utilidad. Ya te contaré con más detalle. Pasé un rato horrible con los nervios. Me viene bien esto para luchar contra los nervios. Estoy optimista. Tengo que estudiar mucho pero creo que no estoy mal preparado.
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Nunca el calor nos ha llegado a través de los hermanos y otra familia de mi marido (Joaquín de Prada González). Lo único que ellos nos han dado ha sido dolor y pena. Injusticia y pleito.
Pero yo sigo siendo yo y Joaquín sigue siendo el Ilustrísimo Notario del Colegio Notarial de Cataluña al que tanto quiso y por el que dió parte de su vida.
Afortunadamente el cariño sí que nos llega a raudales a través de amigos que nos quieren.
¡Si supierais la cantidad de cariño que tengo metido en cajas!
Ya he compartido con vosotros una montaña de cariño que me mandó un amigo a través de una carta y si no os acordáis podéis volver a leerla siguiendo este link.
Ahora toca el turno a otra preciosa carta, que me llenó de felicidad cuando la tuve en mis manos y la leí y releí. Como podréis apreciar he eliminado algún pequeño detalle para mantener el anonimato del amigo que la escribió. Espero que la disfrutéis tanto como yo.
Querida Loli,
El mismo día en que recibí tu libro me puse a leerlo, al día siguiente lo había terminado e incluso había releído ciertos pasajes que me interesaban especialmente. Mi mujer hizo lo mismo dos días más tarde.
Debemos felicitarte por el resultado de tus trabajos, desde el punto de vista formal el libro es perfecto, las fotografías, las reproducciones de cartas, los diferentes colores de las páginas hacen que la lectura sea un placer literario y, al mismo tiempo cuasi-cinematográfico.
En cuanto al contenido nos produce nostalgia y dolor, la vida de Joaquín y vuestra vida en común se parecen mucho a nuestra propia vida, tal vez no en lo anecdótico pero sí en lo esencial. Yo también tuve que abandonar muchas cosas que me interesaban para conseguir lo que Joaquín consiguió y cuando triunfé profesionalmente me encontré con la sorpresa, desagradable, de que el trabajo y la deformación personal que el “cursus honorum” me había producido me hacían casi imposible dedicarme a mi vocación primera. En lo que respecta a nuestra vida común, te puedo decir que mi mujer guarda montones de cartas, no tan bien escritas como las de Joaquín, yo escribía normalmente en otro idioma, y que los dos conocemos la dureza de la relación entre opositor y novia cuando la distancia nos separa.
Por último quiero que sepas que en sus últimos años Joaquín dejó de ser para mí un compañero de profesión para convertirse en un amigo sincero y leal. La muerte de un amigo común y lo que Joaquín hizo por los suyos me hizo ver las cualidades humanas de Joaquín, desde entonces le tuve un gran cariño aunque nuestra amistad fue, como es natural a la edad que entonces teníamos, una amistad distante y más implícita que explicitada.
Loli, ha sido a la vez triste y agradable volver a encontrar a Joaquín detrás de las páginas de tu libro, te agradezco su envío y os deseo a ti y a tus hijos todo lo que Joaquín hubiera querido para vosotros.
Recibe un fuerte abrazo de mi mujer y mío.
19 de abril de 2007.
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