Recordando al hombre que siempre ame…
Escrito por: Loli de Prada en La realidad de las cosas, Las cosas como fueron..., Les dará rabia... pero hay quien me quiere, Pensando en ti, Recordando a Joaquín de Prada GonzálezQueridísima reinecica mía: Lo que mas me cuesta de todo el esfuerzo que ahora estoy haciendo es prescindir de estos domingos enteramente dedicados a ti. Ahora que mi amor es mas grande que nunca te puedo escribir menos. Tú eres buena conmigo y me dices que no son sosas mis cartas, pero yo se exactamente como son y se que llevo razón en lo que digo. Ahora precisamente que tus cartas son cada vez mas maravillosas, las mías son menos. Y no es que te quiera menos tú lo sabes de sobra y te pudiste dar cuenta hablando por teléfono el otro día, sino que todo esto en que me veo metido es de auténtica locura como no puedes imaginarte. Y eso que voy con suerte y por regla general no me duele la cabeza. Sólo ayer a última hora de la tarde me dolió bastante, me tomé dos optalidones y me fui a la cama nada mas cenar (José María y Vicenta se fueron al cine a ver “Con quién andan nuestras hijas” que es película para gente de derechas. Figúrate que a Facundo le gustó mucho) y hoy me he levantado ya bien. Los nervios, otro enemigo, los domino bastante bien y voy tirando. Pero se me achica la inteligencia para todo lo que no sea estudiar y cuando llega el momento de escribirte no me salen aquellas tardes de los buenos tiempos, y desde luego aquello tan lindo de las targetas que me parece que son lo mejor que te he escrito. Te pido paciencia para mí y un poco de compasión también. Bueno Loli soy un distraído y aún no te he dicho que te amo brutal y apasionadamente, que eres mi vida entera y que soy intimicamente tuyo. Te quiero más que nunca y te necesito aún más que nunca. Y mira que siempre te he necesitado todo, pues ahora es más que todo, muchísimo más. Me parece que el otro día por teléfono nos dijimos más cosas que las que creímos decir. La voz oída dice infinidad de cosas que por carta son muy difíciles de decir. Y yo me di cuenta de tu amor, de tu ternura, de tu hambre y tú de la misma manera tuviste que leer muchas cosas en mi voz. Te quiero muchísimo Loli, estás unida a mí en todo. Tus ojos desde la fotografía fijos en mí me dan vida, ánimos, fuerzas para lo que llevo y lo que aún me espera. Gracias a ti puedo vivir esta vida, virgencita. Pensando en ti lo hago todo tú eres la fuerza para mis sacrificios, para levantarme cada mañana para sentarme a estudiar, para resistir sin desfallecer hasta la noche en que me acuesto agotadico. Tú me acompañas en todo momento. Tú lo eres todo para mí. Te lo dije un montón de veces por teléfono. Tú lo eres todo para mí y gracias a tu amor puedo vivir, puedo estudiar y puedo resistir la separación que cada vez es más dolorosa pues cada vez somos más una sola carne.
Virgencita mía queridísima, ternura entrañable, mi todo, soy muy tuyo, todo yo te pertenezco, eres mi reina y mandas absolutamente sobre mí, pues soy feliz perteneciéndote, siendo carne de tu carne y alma de tu alma, viviendo para ti exclusivamente. Eres tan maravillosa. Para mí no hay luto que te haga feucha siempre estás maravillosa para mí. Lo que de ti me gusta es lo que no se puede poner de luto. Los vestidos son accesorios, no tienen importancia para mi amor. Eres tú misma, mi carnecica de Loli, su cuerpo de mujer, lo que me gusta, me parece maravilloso e inigualable. Me agrada te arregles y te vistas bien, tú lo sabes. Pero para mí y sólo para mí, lo fundamental eres tú misma, estés vestida como una reina o cubierta sólo por una manta como María en “Por quién doblan las campanas”, o con un camisonico corto de nylon amarillo, o un largo camisón blanco de boda. Eres tú misma, mi virgen, mi morgengaben, mi donación de la mañana.
Eres mi mujer. Tú copias unos versos de Neruda y uno de ellos dice: desnuda tu cuerpo de estatua temerosa. Pues bien lo que yo amo es tu cuerpo de estatua temerosa. O como dice en otro sitio: amo tu cuerpo de nácar soleado. O si vamos a la primera poesía de todas: cuerpo de mujer, blancas colinas, muslos blancos… ¿ves cómo hasta ahí no puede llegar el luto? Y por lo tanto. Yo no puedo traerme un mal recuerdo de ti porque estuvieras vestida de luto y de prestado, pero es que yo le tengo manía al luto y por eso te digo cosas metiéndome con él. El feo es el luto. Tú resplandeces en él como el sol entre nubes. Tu belleza para mí es eterna y no me contradigas porque te responderé lo de siempre: tienes la mejor belleza: la que yo se ver en ti. Es mejor ser hermosa para un solo hombre que serlo para muchos. Es mi opinión ¿opinas tú otra cosa? Y te advierto que fuera de eso estoy muy orgulloso de ti. Yo veo las mujeres de los demás y tú vales muchísimo más. No digamos ya Vicenta, la mujer de T mismo es un rato fea. Mari Carmen la de Facundo, la mujer de Bernardo el abogado amigo de mi hermano, todas valen lo que un pepino. Pero bueno aquí el que tiene que opinar soy yo y digo que eres maravillosa y que no hay otra como tú y no admito discusión, por una sola vez me voy a poner enérgico. Ah! Y vales mucho más que yo. Aún en mis buenas épocas que es cuando estoy a tu lado y me cuidas tú que es cuando llevo recortado el bigote, las uñas cortas, bien cortado el pelo y peinado. Aún entonces vales tú más y no te digo ahora que voy hecho un auténtico desastre. Porque yo soy un desastre y sólo el deseo de agradarte y tus cuidados me convierten en algo pasable. Yo quisiera hablarte de mí. La vida que llevo más o menos la sabes. Me levanto a las 9 ½ y me acuesto a las 11 ½. Estudio por la mañana de 10 a 2, luego te escribo. Como y me pongo a estudiar a las 4 hasta las 6 y de 6 ½ a ocho, voy a echar la carta y vuelvo a casa. Doy temas con JM y a las 9 ½ me voy a estudiar, hasta la hora de cenar que varia y nada mas cenar otra vez a estudiar hasta las once y media, en que te escribo la hoja del Diario y me acuesto. Te doy las buenas noches y me duermo. Suelo dormir bastante bien, afortunadamente.
Tu carta me llega sobre las doce de la mañana y me hace verdaderamente feliz. A media mañana suelo tomar un bocadillo de queso o chorizo y por la tarde a las 6 meriendo otro bocadillo. Duermo en el mismo cuarto que mi madre, o ella en el mío, entre otras razones porque no tienen otro cuarto habitable. Hoy me he levantado a las diez, hace un día espléndido de sol. ¡Quién estuviera junto a ti! Te escribo y dentro de un momento desayunaré y me iré a pasear. Esta tarde a estudiar ¡Qué lata! Estoy animado y optimista aunque no se porqué. Te quiero brutalmente porque eres mi vida y no se vivir sin ti. Te amo apasionadamente vidica mía, ternura, reinecica, mi todo.
Ya he vuelto de pasear. Solo he ido y te he echado de menos brutalmente vengo con muchísima hambre de ti, con mucho amor y ternura y me duele no poder entregártelo, no estar junto a ti para hacerte ofrenda de todo esto que en mi corazón nace y tuyo es. Queridísima: ¿qué haces en estos momentos? ¿Cómo piensas en mí? ¿Cuál es tu hambre? Te necesito virgencita, te necesito ¿no lo notas? ¿No te estremeces toda de pura hambre? ¿No notas caer sobre ti todos mis pensamientos, todo mi amor? Una mañana como esta ¿qué haríamos? Yo no se, hace tanto tiempo que estamos sin vivir juntos. A poco de conocernos salíamos los domingos por la mañana y por la tarde. Y por la tarde tempranísimo, siempre hemos tenido prisa por estar juntos. No digo ya aquel verano pues entonces nos pasábamos todo el día juntos. Pero aquello no me basta pues ahora te quiero muchísimo más, pero fuera de aquella época nunca hemos estado juntos sin miedo de separaciones. Siempre teníamos encima una próxima separación que nos quitaba la calma y tranquilidad. ¿Qué es una mañana de domingo a tu lado? ¿A qué sabe? Ternura mía: No hemos tenido tiempo de disfrutar uno del otro, siempre separados. Tiene que ser maravilloso el vivir juntos sin temor de separaciones. Yo creo que a ti y a mí es lo que mas nos va a gustar del matrimonio: vivir juntos para siempre, sin ninguna ausencia. Entre tanto tenemos que conformarnos con soñar con una mañana como esta, llena de luz y sol. Una mañana en que tú y yo estamos juntos.
Esta semana he estudiado bastante. Te diré cuanto: Derecho Civil: Parte general cinco temas. Obligaciones cinco temas. Familia cinco temas y sucesiones cinco temas. Reales cuatro temas. Mercantil diez temas. Hipotecaria diez temas. Fiscal cuatro temas. Notarial cuatro y Procesal tres. Sumando salen cincuenta y cinco temas que son todos tuyos pues para ti los he estudiado. Si me lo merezco me mandas premio que yo apuntaré en mi libretica.
Loli ahora voy a hablarte de venir a mí. Me has engañado en cierto modo y eso no está bien. Tú me decías en tu carta que ya no venías y que no te insistiera y como estabas mala yo te hice caso y te dije aquello de mi carta. Pero era suposición mía deducida de la larga experiencia que tenemos. No había hablado con mi madre ni con nadie pues para eso esperaba tu aprobación. Por lo tanto aun se puede intentar. En tu próxima carta me dices si no te importa venir: en ese caso yo hago las gestiones que sean (siempre como cosa mía claro) y veremos lo que resulta. Sino, lo dejamos estar, y conste que no me enfado ni lo más mínimo pues no me extraña nada no te apetezca venir aquí, yo estoy deseando salir de esta casa para siempre y lo que me decías en tu carta indignada tenías razón. ¿Queda entendido? Hay una mala noticia. Va a venir MI. Tu sabes ya por este verano lo que esto supone. Cuando me lo dijo mi madre casi me echo a llorar pues era lo único que me faltaba. Mi madre dice que se va a estar aquí todo el tiempo que pueda para ver si estando ella la otra idiota retrasa el viaje. Por ahora solo es proyecto, ya te iré dando noticias según me vaya yo enterando. En fin, que no somos nadie. Mi madre me dice que a mi que me importa puesto que me paso todo el día encerrado estudiando, pero tu sabes que esta casa se pone aún más insoportable cuando viene esa imbécil. Loli para mi fue maravilloso el hablar por teléfono el otro día. ¿No podrías llamarme cada 15 días en vez de cada mes? Sería una gran ayuda para mí. Dime pronto algo sobre esto. Tengo aun “Labores del Hogar” aquí, es el nº de marzo-abril. Mañana mismo intentaré mandártelo.
Tengo la lista de los opositores, ni la he visto. Dime si te interesa verla y te la mando. Es grandísima, figúrate que son 551. Entre ellos está tu hijico pequeño. Pero no creas que me asusta que haya tanta gente. En las oposiciones lo de menos es la gente que va, pues todo el que hace bien el ejercicio aprueba. Tu no te preocupes de que haya 550 además de yo, sino de si yo me se bien el programa y si se hacer bien los ejercicios. (…) No dejes de ir a ver “Gigante” tengo muchísimo interés en que la veas para que me digas si es buena o mala y que tal trabaja el tal James Dean, que aún no lo hemos visto ninguno de los dos. ¿Sales de casa? ¿te entretienes? No tengo ningunas ganas de estudiar esta tarde, lo hago por ti. Quiéreme muchísimo. Tengo que separarme de ti. Espero que mi carta te haga tan feliz como a mí esta mañana que te puedo dedicar. Soy todo tuyo y el día entero te pertenecerá pues estudiar es la mejor forma de amarte y más ahora. Tú cuídate tal y como yo te pido. Cuídate muchísimo pues es tu forma de cuidarme a mi. Tú forma de amarme. Para ti todo mi amor, mi ternura, mis deseos de verte. Mis besos húmedos y calientes. Mis caricias llenas de amor.
Muy tuyo y para siempre Quin tu dueño