Érase que se era…
¡¿qué se era?!
Blancanitos y los siete enanieves, pero, en cambio, mi marido, Joaquin de Prada González, de profesión notario, me dijo un día: ¡Blancanieves es un cuento obsceno porque se entiende con los enanitos!
Entonces, y para mejor explicación, un día del año 1956, exactamente el día uno de abril, por la mañana, yo me encontré, en mi pueblo de Los Molinos, con Blancanieves y me preguntó “Loli, yo te doy mi palabra de que yo no hecho nada malo con los enanitos, pero yo quiero, como tú, un príncipe azul”; y yo le dije: “bueno, Blancanieves, como eres tan buena, tan cariñosa y tan dulce, te voy a asegurar que tú vas a encontrar un príncipe azul hoy, igual que yo lo voy a encontrar esta tarde”. Blancanieves se fue muy contenta, porque creyó en mí; era una chica guapa pero pobre, porque tenía alguien que no la quería, y claro, su vida era muy triste.
Ese mismo día, Loli fue a Cartagena, ¿y os figuráis qué pasó? Conoció también a un príncipe azul, pero, como a ella le pasaba, no me querían; me maltrataron porque hay muchas maneras de maltratar, pero a mí me maltrataron de la peor manera.
Mi príncipe azul me escribía, me escribía mucho, pero aún así no creían en Loli; y ese príncipe azul se fue lejos, muy lejos de mí, pero él continuaba escribiéndome, ¿sabéis por qué? ¡Porque me quería mucho! Y yo me pregunto: ¿qué pasó contigo Blancanieves? ¿Tampoco te quisieron? Prefiero que sí, es muy duro que no te quieran, que vayan contra ti sin motivo alguno, que no se arrepientan nunca, que tu corazón estalle de ver lo maltratada que estás; pero sí, yo fui querida por un príncipe azul. Por un príncipe que una tarde del mes de abril me conoció, me amó para toda la vida; pero lo que yo no sabía es que la vida de ese príncipe azul sería tan corta. Y yo me pregunto: ¿Acaso me lo merecía? Porque aún siendo pobre, yo lo amaba y a él no le importaba cómo iba Ni a mí me importaba cómo iba él. Creo que la ropa es un accesorio más que te pones, pero que no tiene valor alguno; y yo le pregunto a Joaquin de Prada González, mi príncipe azul, ¿por qué me dejó tan pronto? Nunca lo he comprendido. Nunca nadie me ha dicho por qué me dejó tan pronto, y además de dejarme siguieron haciéndome daño, y más daño, y más daño y más aún; pero yo sigo queriendo a mi príncipe azul que tenía un nombre y que tenía dos apellidos, y que tenía un modo de trabajar para que todos nuestros hijos pudieran comer; yo lo sigo queriendo, mis hijos lo siguen queriendo Pero, ¿qué importa? Yo estoy al borde del morirme, ellos no quieren, pero como no existe nada, nada de nada, Joaquin no me puede ayudar. Tengo una ayuda que, más que ayuda, es un trozo de cielo, que son nuestros hijos preciosos, dulces, cariñosos; no puedo decir nada más, sólo deciros que érase una vez que se era Loli de Prada.