Ahora toca el turno de mi hija Cristina, que al igual que sus hermanos estuvo muy unida a su padre, Joaquín de Prada González. Espero que disfrutéis su escrito y esta foto, que hice yo mientras los dos dormían y Cristina era muy chiquitita…

Aquí sigue el escrito de mi Cristina:

Hace 21 años que murió mi padre y 20 años que conocí a Peter. Así es que tristemente Peter, con quien comparto mi vida, no llegó a conocer a Joaquin de Prada González, con quien creo que se habría avenido muy muy bien.

Es verdaderamente triste que sea así, pero me consuela pensar que en alguna medida, aunque sea pequeña, si que lo ha conocido. Me explico. Siempre hemos sido una familia muy unida, hemos viajado juntos, hemos celebrado juntos y eso supone que cuando un miembro de la familia muere, deja atrás costumbres, gestos, tics, frases, anécdotas, gustos y mil cosas más, a las que nos aferramos para mantenerlo cerca y que compartimos con los que se nos acercan. Esos pequeños pedacitos de Joaquin de Prada González que yo guardo en mi corazón ya no sólo son míos sino también de Peter que los ha asimilado, los vive y sabe que me alegran y acompañan.

A modo de ejemplo, os cuento unas cuantas historias inconexas que nos acompañan siempre y nos recuerdan a él:

En los últimos 20 años hemos debido viajar a Holanda, Peter y yo, más de una cincuentena de veces. Pues cuando mi padre viajaba en avión y el avión empezaba a acelerar para el despegue, mi padre solía poner en marcha el cronómetro de su reloj digital. La razón era pura curiosidad, relacionada con el hecho de  que sobrepasada cierta velocidad (y tiempo por consiguiente) el avión ya no podría frenar a tiempo aunque quisiera (por falta de pista) y no tendría más remedio que despegar (en el mejor de los casos). Un detalle curioso del que se debió enterar en alguna de sus lecturas, como no y que por curiosidad cronometraba. Os parecerá una tontería, pero yo ahora cuando estoy en el avión y vamos a acelerar, pulso con mi dedo índice un cronometro imaginario y pienso en él, mientras que Peter pone en marcha el cronómetro de su Iphone.

Cambiando radicalmente de tema (como voy a hacer en numerosas ocasiones a lo largo de este escrito) os contaré que hay frases que él usaba y que todavía nos acompañan, algunas de lo más divertidas, por ejemplo este “punch line” (remate) de un chiste cuyo principio ya nadie recordamos (si alguien conoce el principio del chiste que lo diga!!). La frase en cuestión es: “¡A tomar por culo el caballito y la bicicleta!” y la seguimos usando todos los de casa cuando la circunstancia es la apropiada.

Hay otra frase, y esta se remonta a la infancia de Joaquín: “Pasa lo que pasa con las pasas”, que aparentemente es algo que respondió de pequeñito en clase e hizo reír mucho a la profesora y a los otros niños… nos contó esta historia  un día y ya nunca lo he olvidado, y la frase la voy usando de vez en cuando.

Otro cambio de tema… a mi padre le encantaba comer bien, y aunque siempre ha cocinado mi madre (Loli), había una excepción que era el Steak Tartare, que preparaba él (con mi asistencia de pinche)… que rebueno salía. Y ahora lo hacemos Peter y yo, igualito ¡y nos acordamos mucho de él!

Otra anécdota culinaria se remonta a una vez en que estaba yo haciendo leche merengada y le di a probar la leche antes de añadir el merengue (pero ya llevaba su azucar y estaba aromatizada con limón y canela). Le dije, puedes probar pero “esto es solo la leche”, y el me contesto “¡pues coño que vaca!”

A él le encantaba presumir de hija cocinera (no en vano mis padres me pagaron estudios de cocina en la escuela Ritz-Escoffier de Paris, en las tripas del hotel Ritz), y recuerdo una vez que estaba muy orgulloso de mí pues  hice helado de ciruelas al Armagnac para su amigo y compañero Juanjo Lopez Burniol, en una ocasión que venía a cenar con  su mujer, Dolores. Recuerdo que  luego mi padre insistió en que se llevara el resto a casa, y estaba feliz de fardar de hija cocinera (yo hice toda la cena!).

Sigo con anécdotas divertidas, y es que una vez viajamos él y yo solos a Londres, por aquel entonces yo debía tener 18 años. Me acuerdo que se reía pues decía que todos los que nos veían juntos debían pensar “¡¡pero si podría ser su padre!!”, y me dijo “me voy a hacer una camiseta en que delante ponga ‘no solo podría ser su padre’ y por detrás ‘LO SOY!’

Luego esta su cariño por ciertas personas o personajes. Guido Crepax por ejemplo, y su personaje, Valentina. Recuerdo un viaje a Milán que hicimos cuando yo debía tener 12 años. Sabíamos que Milán era donde vivía Guido Crepax y a mi madre (Loli) y a mi se nos ocurrió bajar al lobby del hotel y buscarlo en la guía telefónica. No había ningún Crepax pero si un Crepas, con S… y nosotras pensamos, ¿será el? A lo mejor no se apellida Crepax de verdad, solo es como él firma. Subimos a la habitación con esta información, y ni cortas ni perezosas llamamos al numero y con nuestro italiano de andar por casa pudimos comprobar que si, si que era la casa de Crepax, y quedamos en visitarlo.

Fue inolvidable. Fuimos todos a su casa y aunque yo era pequeñita recuerdo todavía sus soldados de plomo, y una muñeca articulada de Valentina que había hecho su hija, y su aspecto, un hombre delgado con aspecto casi de monje. Papa compro varios originales, uno de ellos esta dedicado a mi “a Cristina, con cordialità”. Así que por eso es Valentina parte de nuestras vidas y nos acompaña siempre.

Para acabar, están las colecciones de Joaquín que nosotros seguimos haciendo, entre ellas la colección de carteles de NO MOLESTAR y de menús de cafeterías y bares. Bueno, en general todo el material promocional impreso de los hoteles, lo coleccionaba, tenemos cajas y cajas.

Me encantan estas fotos suyas delante de su colección de menús de cafetería, dónde hay verdaderas preciosidades!

Hay muchas más historias que contar, y es que lo llevamos muy dentro del corazón.

¡Papá te echo mucho de menos!

Una Respuesta a “Recordando a Joaquín de Prada González: Cristina de Prada Samper”
  1. Daniel Calatayud dice:

    ¡Qué bonito Cristina!

    Muy interesantes y curiosas las anécdotas, me han gustado mucho.

    Besos

Deja una Respuesta