Ya sabéis lo que opino de la muerte, por eso no quería que mi hijo Joaquín fuera a visitar Roques Blanques.
Pero él fue a llevarle unos pesolillos de olor de su jardín. Lo llevó un amigo.
Mis queridísimos Julio y María Luisa me han mandado una preciosa tarjeta que dice:
“Un doce de Junio mi amigo traspasó la ominosa puerta.
Día tras día hace ya veinticuatro años que nos falta Joaquín.
Un dilatado tiempo, una desmesura, para aquella que sufre.
El amigo sigue lamentando el funesto tránsito,
para él el largo tiempo no equivale al olvido.
Julio”.
Yo, sigo aquí encerrada, recordando a Joaquín, y evocando los momentos maravillos que pasé con él y con Julio y María Luisa.
Hoy quiero dejaros también una canción muy bonito de Victor Jara:
Bonito relato Loli, vuestro amigo Julio ha demostrado una gran amistad con esa carta.