Archivo de enero 2010

Estupendas Ana (Trotagorros) y Montse, de Bilbao, como os prometí que os dedicaría una de mis cartas, ahí va esta y espero que os guste. Sois un cielo, y siempre tenéis una palabra de cariño para mi hija Cristina y para mí, y eso es tremendamente de agradecer. Ana ¿como van tu máquina de coser y tus sombreritos? Cuando vuelva a ser joven, me harás un sombrerito para que yo lo pueda lucir junto al entrañable amor de mi vida. Os quiero.

Las cartas de mi queridísimo Joaquín que pongo en el Blog no tienen hilación entre si, como ya os habréis dado cuenta. Yo pongo aquellas que por cualquier razón tienen recuerdos muy especiales para nosotros.

En esta carta que comparto con vosotros hoy faltan 4 días para que se cumpla un año desde que nos conocimos (aquél 1 de abril de 1956). Él ya llevaba 4 meses en Salamanca, exiliado en contra de su voluntad, a la fuerza, con la única intención de alejarlo de mí.

Al no mucho tiempo de volver Joaquín a San Javier le dijeron (nunca su madre, ella fue siempre nuestra aliada) que a cambio del gesto que habían tenido de traerlo de nuevo a San Javier él tenía que “colaborar” poniendo en pausa nuestro noviazgo hasta que sacara las oposiciones, de lo contrario (argumentaban ellos), le sería muy difícil conseguir ser Notario (que era algo que ellos querían para Joaquín, más que quererlo Joaquín mismo).

Yo llegué a decirle un día que aunque sería durísimo prefería que estuviera en Salamanca junto a su madre, que le comprendía mejor y que además cuidaba bien de él. Él me dice en una carta que todo eso que le pasaba era por “vivir y comer de limosna” para todo, incluso para poder ir a verme. Más de un domingo no me fue a ver poniendo la excusa de que prefería estudiar cuando en realidad era por no tener que pedir ese dinero. Todos tenéis que tener en cuenta que yo era su maravillosa chica de pueblo, pero desde luego, sin poder adquisitivo, de lo contrario muchas cosas no hubiesen ocurrido.

Todas las cartas que tengo de este periodo son una pura lágrima (tres cartas anteriores y dos posteriores a esta que os pongo). En el domingo que nos pudimos ver mientras ocurría todo esto me llegó a decir que si no fuera por mí, que si Dios no me hubiese puesto en su camino, el no habría tenido ninguna ilusión por vivir.

¿Como pudieron pensar de nuevo en separarlo de lo único que tenía y de lo que más quería y ha querido desde aquél abril de 1956 lleno de flores y con sabor a mar? ¿No les bastó con aquél otro “número” que le montaron, nada más conocernos, entre su hermano, el médico y el cura? Ahora me horroriza leer estas cartas y me pregunto cómo el ser humano es capaz de aguantar tanto, cómo pudimos sobrevivir aquellos duros años de separaciones.

Me pregunto si acaso nosotros no eramos dignos de respeto, apoyo y cariño.

Mi hija Cristina me dice que leyendo estas cartas le da la impresión de que si Joaquín, su padre, no me hubiera conocido, posiblemente no habría tenido el incentivo y la ilusión, para estudiar lo suficiente y probablemente no habría llegado a aprobar Notarías.

San Javier 28 Marzo 1957

Mi queridísima Loli: Estoy cansado y triste.

No tengo ganas de hacer nada y tengo que hacer un esfuerzo para estudiar por lo que me cuesta más trabajo. Solo desearía dormir, estar dormido muchísimo tiempo, sin darme cuenta de nada. No es culpa mía el cansarme, ni el ponerme muy triste y estar desanimado del todo. En estos momentos prefiero no pensar. Si pienso es peor aun.

Te quiero intensamente como nunca, aunque casi me faltan fuerzas para coger la pluma. Deseo estar a tu lado, tu sabrías decirme lo que necesito ahora. Tu sabrías consolarme. Tu me repetirías una y mil veces tu amor y necesito de tu amor y necesito oírlo de tus labios.

Hoy no resultaría, la verdad, muy agradable estar a mi lado. Estaría mustio y ni siquiera una cosa bonita podría decirte. Hoy tendrías tú que ponerlo todo. Tú tendrías que ser la que me dijeras cosas a mí, muchas cosas que yo necesito ahora oír. Yo solo sabría hablarte de mi pena, de mi tristeza y tu tendrías que luchar contra mi tristeza. Pero tu no estás a mi lado, tu estás lejos de mí, mientras yo estoy a solas con mi tristeza y mi cansancio. ¿Qué haces tu ahora que yo te escribo? ¿Vives para mi? ¿Haces algo que no sea tuyo sino nuestro, de los dos? Mi consuelo es pensar que todo mi esfuerzo no es para mí. Para mí solo no lo haría. Es por los dos y el pensar que para los dos trabajo me alivia.

Ya mañana cuando tu recibas mi carta estará mas cerca el domingo. Tengo ganas de un domingo no hacer nada más que estar juntos y hablar. Estarnos toda la mañana y toda la tarde el mayor tiempo posible juntos y hablar mucho, para que no quede nada por decir.

Loli este domingo haré el viaje de todos los domingos. Iré en el tren de las 8 menos cuarto. Iré en la bicicleta pues no importa el viaje de vuelta pues ahora ya es buen tiempo y no tienes porque preocuparte. Es una hora mas que estamos juntos y por un minuto que fuera yo haría el viaje andando, no me importaría. Tu estate esperándome en la estación y ya hacemos todo cuanto tu desees pues tu sabes bien que mi único deseo es estar junto a ti el mayor tiempo posible. Yo el domingo si fuera necesario no comería si de esa forma pudiera estar junto a ti mas tiempo. Y no creas que seria un sacrificio. Yo todo lo que hago por estar contigo es un placer y no me molesta en absoluto. Y soy capaz de eso y mas.

Gracias por perdonarme mi enfado (no me enfadé eso es verdad) del otro día. Eres muy generosa. La promesa que me haces de otro día volverte a tu casa, te diré dos cosas. Primero que si prefieres a mi no me importa pasar el domingo cerca de tu casa, ya que no te dejaría volver sola. Y segundo que yo me esperaba otra promesa. Por ejemplo: “No tienes que preocuparte, aunque no te enfades yo no te volveré a hacer esperar. Arreglaremos las cosas para que haciendo yo lo imposible tu no tengas que esperar ni un minuto”. (¡Llevo tanto tiempo deseando oírte decir esto!)
Para ti mi mejor deseo que es el vivir para siempre junto a ti.

Siempre tuyo

                                     Joaquín.

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Dedicatoria de Cristina de Prada, mi hija, de un libro sobre Peynet muy bonito que me regaló.

Dedicatoria de Doña Dolores Arévalo de un DVD muy interesante sobre el Che Guevara que me regaló.

Postal que me envió Joaco desde Berlín el 28 de Octubre de 2009.

Este es uno de los muchos y preciosos libros que tengo dedicados por Ubaldo de Casanova y Todolí.

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ESTOY BRUTALMENTE ENAMORADO DE LA CRIATURA MÁS MARAVILLOSA QUE EXISTE Y A LA QUE AMO MÁS QUE A MI VIDA MISMA. SOY TUYO.

Amor mío: He entornado la ventana y la habitación ha quedado en la penumbra. Me he tumbado en mi cama dejando tu hueco a mi derecha. Y he leído tu carta lenta y emocionadamente. Tu recuerdas cuando acaricias mis manos, o mejor aún tu recuerdas un diez y siete de noviembre en que mi amor sollozaba contra tu hombro. Tú lo recordarás, seguramente, pues lo llevas aún en tu corazón. Pues puedo decirte que aún era mayor que aquel día mi emoción hace un rato cuando leía sobre mi cama esa carta tuya tan maravillosa, tan estremecida de amor, jamás volverás a hacer algo tan grandioso por mi como el haber escrito esa carta. Mas de una vez con los ojos llenos de lágrimas de amor he tenido que dejar de leer para apretar la carta contra mi cara en busca de tu perfume, de tu tacto, de esas caricias geniales que solo de leerlas (les falta tu voz) estremecen toda mi carne de amor. He temblado todo yo sobrecogido. He sentido con una intensidad hasta ahora no superada sentimientos maravillosos de amor, deseo, ansiedad, avaricia. Porque yo Lolichi queridísima, soy ansioso, deseoso, avaricioso de ti. Yo no tengo paciencia, no espero pacientemente el momento de casarme. Lo espero y deseo, con la misma terrible y devoradora avaricia que tu lo esperas. ¿No sabes una cosa? Tú y yo somos una misma cosa. Tu no acabas en ti sino que te prolongas dentro de mi. Y yo, no soy solo yo sino lo que en ti hay de mi, también. Y no esperes encontrar en ti un sentimiento que simultáneamente y con la misma fuerza no se encuentre también en mi alma. Ya lo has comprobado montones de veces. Una vez más te lo digo: todos esos sentimiento de que me hablas no son tus sentimientos, son nuestros sentimientos. Lo tuyo

Eres, virgen, como un pozo sin fondo, un manantial inagotable, algo insondable, infinito y eterno. Te lo he dicho muchas veces. Cuando me creo que ya conozco todo tu amor, que ya te has dado a mi enteramente, de repente, como si abrieras una nueva puerta, me descubre un mundo ignorado, mucho más maravilloso que el que hasta entonces conocía. Me das mucho más amor y eres más mía que nunca. Esta vez con tu carta ha ocurrido eso, pero con la particularidad de que ha sido mucho más generosa. Me has llevado hasta el cuarto del tesoro y alli me has enseñado las muchísimas riquezas que allí hay para mi. Soy tuyo Atu.

Pero no voy a continuar hablando de tu carta ya que quiero añadir algo nuevo. Tu me hablas de ti para mi y yo también tengo cosas que darte. Amor que despertar y muerte que provocar. Yo también tengo poder sobre ti.

Y así continuaría eternamente hablándote íntimamente, porque a mi me encanta hablar de esta intimidad. Pero, te confieso, estos últimos días me asustaba escribirte de esto pues tengo miedo que lo puedan leer en tu casa. Ahora no quiero que hoy rompas esta carta, guárdala y hoy mismo la metes en un sobre y me la mandas. Yo llevaré el sábado la tuya y la mía y juntos las leemos en Denver y luego ya si quieres la rompemos, o las guardo yo bien. hazlo así.

Hoy habrás ido al teatro. No tienes ya que hacer nada para compensarme porque ya está hecho. Tu carta de hoy lo compensa todo. Yo pensaba que hoy sería un día triste para mi y tu lo has convertido en un día maravilloso, gracias, virgen.

El domingo te explicaré porque me entristece que vayas al teatro, pues no quiero que pienses de mi que soy un tío raro. Luego no volvemos a hablar del asunto. Con todo esto tengo unas ganas locas de que llegue el domingo. Hablaremos de todas esas nuevas cosas que tu has aprendido y haremos un domingo maravilloso. Ya lo veras.

Mándame una hojilla pues quiero ir bien afeitado tu me necesitas muy lindo y yo que siempre he ido sin afeitar me afeito para ti. Yo tengo para ti una confianza absoluta, tienes que decirme cuando has notado lo contrario pues tiene que tratarse de un error. Estoy unidísimo a ti, que eres mi virgen, mi bien y mi tesoro. Quisiera que mi carta la leas como yo he leído la tuya. Dime luego lo que sientes.

También es mi deseo que te haga mi carta pasar un rato de amor tan grande y maravilloso como el que yo he sentido gracias a la tuya.

Te quiero mucho, amor mio. Estoy estudiando mucho y comportándome como tú quieres. Ámame muchísimo.

Dime si mi carta es digna de lo que merece tu carta. Háblame siempre de todo cuanto sientas. Para despedirme no encuentro mejores palabras que las que tu empleas para despedirte de mi: un abrazo eterno recibiendo las mejores estrellas calientes y estremecedoras. Tuyo Quin.

Aquí se acaba esta maravillosa carta, pero sigue un poema precioso que me ha mandado mi amiga Ana Mirasol para que lo incluya en el blog y como me ha encantado aquí os lo pongo y le digo a Ana:

¡Querida Ana! Como no va a ser digna esta preciosa poesía de Antonio Machado que con tantísimo gusto has sabido elegir para Joaquín y para mí. ¡Eres increible! Que pena no haber llegado a ti antes, ha sido una perdida grandiosa para mi. Continuaremos en contacto…

Y también quiero darle las gracias a Conchita Cosme de Alcántara. ¿Porqué? Pues por estos preciosos ciclámenes que adornan su casa y que me ha mandado en forma digital para que yo los comparta con vosotros. ¡Gracias Conchita!

Era un niño que soñaba    

un caballo de cartón.

Abrió los ojos el niño

y el caballito no vio.

Con un caballito blanco

el niño volvió a soñar;

y por la crin lo cogía…

¡Ahora no te escaparás!

Apenas lo hubo cogido,

el niño se despertó.

Tenía el puño cerrado.

¡El caballito voló!

Quedóse el niño muy serio

pensando que no es verdad

un caballito soñado.

Y ya no volvió a soñar.

Pero el niño se hizo mozo

y el mozo tuvo un amor,

y a su amada le decía:

¿Tú eres de verdad o no?

Cuando el mozo se hizo viejo

pensaba: Todo es soñar,

el caballito soñado

y el caballo de verdad.

Como siempre, el fotografo no sale en la fotografía, pero en este caso es  mi marido Joaquín de Prada Gónzalez, que retrata al amor de su vida con las primeras mini faldas de la época y con dos de sus tres hijos, Cristina y Jose Manuel.

 

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Mis hijos llevan meses trabajando en pasar las antiguas películas de Super8. Es un trabajo durísimo, pero ver esas películas mudas me da vida.

Ahora Joaquín ha puesto en su blog un vídeo con el Cumpleaños de Cristina (4 añitos) y el de su abuela, Carmen que cumplia 77 años.

Yo sólo os pongo el enlace a su página y al Super8, pero todo el trabajo lo ha hecho él, con Peter y Cristina.

Joaco quiere que me fije en lo bien que se ve la imagen, en que es de Alta Definición, pero yo lo que veo es que entonces eramos muy felices, de eso sí me doy cuenta, claro que me doy cuenta.

¡Gracias Joaco por hacer este video y ponerlo en internet para que los que nos quieren puedan verlo!

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