Archivo de la Categoría “El libro de Joaquín y Loli”
Se me quiso hacer callar, bajo la excusa de unas fotografías de infancia y de familia que “invadían la intimidad” y parecería que han vencido (ahora está en manos del Tribunal Supremo), pero vosotros me conocéis a mí y sabéis que ni yo ni mis hijos nos dejamos intimidar, ni vencer. Es por eso que el libro vuelve a estar a la venta, con un pequeño cambio de título, que ahora incorpora la palabra CENSURADO, que es como nos hemos sentido, censurados.
Queridos lectores de mi blog, espero que vayáis a vuestra librería y compréis el libro (18 euros no os sacarán de pobres), y que lo disfrutéis, pues hay mucho dentro para disfrutar. Las fotos “ofensivas” han desaparecido, por lo que ya no veréis más fotos de infancia de Joaquín que aquellas en las que aparece solo, ni tristemente veréis fotos de los abuelos y bisabuelos paternos de mis hijos. Pero hay novedades interesantes que estoy segura vais a disfrutar.
Muchos me habíais pedido más cartas de Joaquín: ¡HECHO!.
Otros pedíais cartas mías: ¡HECHO!
Algunos queríais más información sobre las Conversaciones cinematográficas de Salamanca y sobre la revista Cinema Universitario: ¡HECHO! En el libro encontraréis la versión definitiva de los hechos, escrita por uno de los protagonistas, el maravilloso y galardonado escritor Salmantino (y gran amigo): Luciano González Egido. La última palabra sobre el tema, los puntos puestos sobre las iés, de gran interés para los amantes de la historia del cine.
Algunos se han preguntado a lo largo de este calvario que me han visto pasar, cual era la posición de mis hijos en este tema (aunque ha quedado bien claro en mi blog y en los suyos!). Su posición, como la mía, ha sido la de víctimas de esta persecución sin sentido que hemos sufrido, pero antes que todo, su posición ha sido la de maravillosos hijos que me dieron todo su apoyo y ayuda para la elaboración del libro “prohibido” (retirado de las librerías por orden judicial desde hace muchos meses). En esta nueva edición del libro podéis leer tres maravillosas cartas de apoyo que han querido que yo incluya.
También de gran interés, la carta de mi editor y amigo, Mario Martín Fraile, que aquí os transcribo ya que explica desde su punto de vista esta odisea:
En la primavera de 2005 Amarú ediciones recibió una propuesta de edición de un libro cuyo corazón se componía de las cartas de amor que Joaquín de Prada envió a Loli durante los tres años que duró su noviazgo. Joaquín había muerto unos años antes y Loli salía de una grave depresión con un objetivo: ver realizado el libro que proyectaba como homenaje a Joaquín.
El proceso fue largo, no teníamos una idea clara sobre el contenido, ni el hilo conductor del libro, tampoco habíamos pensado si diferentes ilustraciones o fotografías formarían parte del mismo, dado que disponíamos de una importante cantidad de ellas.
Se optó por acompañar el texto con fotografías adecuadas al momento y también al tema, en cada uno de los apartados en que íbamos estructurando el trabajo. No eran fotografías fundamentales o imprescindibles a la hora de la edición del libro, lo único imprescindible eran las cartas y lo siguen siendo. Sin embargo daban un ambiente familiar que era uno de los aspectos buscados en la publicación.
Nadie, ni Loli como autora, ni los colaboradores más cercanos y amigos de Joaquín: Julio Burdiel Hernández, Alfredo Flores Pérez, Luciano González Egido, Ángel Rodríguez Sainz y Manuel Hernández Alcántara
Ni Ubaldo de Casanova y Todolí autor de la introducción; ni yo mismo como editor, con más de 400 publicaciones en mi haber, podíamos imaginar el desenlace de la publicación. Joaquín y Loli un encuentro de cine vio la luz a finales de 2006; no habían pasado dos meses cuando nos sorprendió una demanda judicial por parte de los hermanos de Joaquín, contra Loli como autora y contra Amarú Ediciones como corresponsables por la utilización de las fotografías, en las que aparecían ellos sin haber dado su consentimiento. Hay que decir que las fotografías tenían más de sesenta años, es decir, databan de la época de niñez de Joaquín y sus hermanos, también había alguna de los padres de Joaquín. Creíamos, que tanto los padres como los hermanos de Joaquín no solo eran familia de Joaquín sino también suegros y cuñados de Loli y abuelos y tíos de los hijos de Joaquín y de Loli, todo esto al parecer no era motivo suficiente para aparecer conjuntamente con Joaquín en este libro homenaje.
Al final, un desencuentro familiar enquistado frustró la ilusión de Loli, apoyada siempre por sus tres hijos José Manuel, Joaquín y Cristina de Prada. El juez como medida cautelar ordenó inmediatamente la retirada del libro.
Pasaron un par de años, se celebró el juicio, en el cual tanto Loli como Amarú Ediciones, renunciamos a presentar testigos; teníamos claro que no existía nada en el libro que pudiera considerarse peyorativo, vejatorio, denigrante, insultante, o cualquier otro aspecto que justificara la sentencia posterior que fue la retirada definitiva de la obra de las librerías. El juez con la inestimable intervención de la fiscal consideró más importante el derecho a la imagen de los demandantes que el derecho a la libertad de expresión y creación. Hay que decir que los abogados de Loli de Prada y de Amarú Ediciones no encontraron ninguna sentencia similar o parecida, anterior a esta, por lo que muy probablemente de ahora en adelante, cualquier editorial tendrá que plantearse la utilización de fotografías familiares, en libros de tipo conmemorativo, populares, tradicionales, o biográficos
Cualquiera que haya leído y visto el libro se dará cuenta que el derecho a la imagen es solo una burda disculpa.
Loli se enfrenta a lo que consideramos una injusticia que después de seis años sigue abierta, dado que se ha interpuesto recurso ante el Tribunal Supremo, que esperamos se gane y permita que no se liquiden las posibilidades de editar libros de estas características. Y se enfrenta con un libro idéntico al anterior en su escritura, aunque sin los documentos fotográficos, que tanto molestaron y que dieron lugar a la querella. Es decir el libro es el mismo, y su lectura igual de apetecible, pero las imágenes las tendrá que poner el lector.
Como editor y librero desde hace más de treinta y cinco años desconozco si hay o ha habido casos similares, en los que se trate denodadamente de eliminar una publicación con excepción por supuesto de libros donde es claro el plagio o el trucado de imágenes.
Superados los disgustos y decepciones, aún con algún frente abierto, saludamos hoy este nuevo libro, como recién estrenado, y tanto Loli, como nosotros nos enfrentamos con ilusión a esta aventura de amor y de cine.
Esto es todo por ahora. Estaremos en contacto queridos lectores. Os quiere,
LOLI DE PRADA
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Joaquín y Loli. Un encuentro de cine. CENSURADO
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He actualizado el apartado “Acerca de nosotros” (que está en la cabecera del blog), y este es el nuevo contenido que espero que disfrutéis!
Si bien Loli de Prada nació un martes y trece de febrero en 1934 en un pueblecito residencial a dos kilómetros de Cartagena llamado Los Molinos, ella considera que su vida empezó de verdad aquel 1 de abril de 1956 en que conoció al amor de su vida, Joaquín de Prada González.
De su vida antes de esa fecha, comentar que estudió en las monjas de San Miguel en Cartagena, donde hizo el bachillerato.
Aficionada de niña a escribir cuentos y pequeñas historias (que lamentablemente no se conservan) compartió con Joaquín, ávido lector y crítico de cine, su amor por la lectura y en particular por la poesía, siendo sus preferidos Neruda, López Pacheco, César Vallejo, Juan Rulfo, Kafka y un gran etcétera.
Boda de Joaquín y Loli 1959 - entrega de las arras
Tras cuatro agridulces años de noviazgo, protagonizado por largas separaciones forzadas por el entorno familiar de él, finalmente se casaron el 6 de noviembre de 1959 (al poco de aprobar las oposiciones a notario) y así empezaron su vida en común, una vida maravillosa y feliz que duraría hasta el día 12 de Junio de 1991 en que una enfermedad terrible los separó y se llevó a Joaquín en la plenitud de su vida.
Loli y Joaquín queriéndose
Joaquín y Loli de Prada llegaron a L’Hospitalet de Llobregat el día 28 de octubre de 1968 junto con sus tres hijos, traídos aquí por unas oposiciones entre notarios, y una vez en L’Hospitalet ya no se volvieron a marchar. Él fue un notario muy respetado y querido en esta ciudad, y todavía recordado por muchos. A su muerte, ocupaba Joaquín de Prada el cargo de Vicedecano del Colegio Notarial de Cataluña.
Mientras las mujeres de los notarios que habían estado antes en L’Hospitalet de Llobregat nunca habían hecho vida en la ciudad, Loli de Prada, no solo tenía su residencia en L’Hospitalet sino que también echó raíces y se integró en la comunidad, haciendo amistades, gestiones y compras allí mismo.
Tras el fallecimiento de Joaquín entra Loli de Prada en un profundo letargo del que despierta en el año 2004 cuando decide retroceder en el tiempo y ordena todo el inmenso material epistolar que posee y escribe el precioso libro “Joaquín y Loli: un encuentro de cine” con la editorial Amarú de Salamanca.
Loli en la Librería Victor Jara (Amarú Ediciones, Salamanca)
Este libro, lleno de amor y totalmente inocente, un libro dedicado a la memoria de su marido, Joaquín de Prada, fue no obstante mal recibido por la familia de él que decidió interponer una demanda judicial. La finalidad de la demanda era que todos los ejemplares del libro fueran retirados del mercado y destruidos. Afortunadamente, cuando judicialmente se ordenó paralizar las ventas y retirar los libros, la edición estaba ya prácticamente agotada. El tema está todavía en manos de los tribunales.
Ahora Loli de Prada desde su casa de L’Hospitalet de Llobregat sigue trabajando sin cesar, volcada en su blog (www.lolideprada.com) y ocupada en un nuevo proyecto en el que colabora con Luciano G. Egido, conocido escritor y amigo.
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El burofax que aquí podéis leer, tan lleno de “cariño”, lo recibimos mis hijos y yo a modo de “felicitación de navidad” el año 2006. A mi hija Cristina le dió un ataque de ansiedad al verlo y tuvimos que llevarla a urgencias y a todos los demás nos falto poco de ir por el mismo camino.
Dicen que hay que tener cuidado con lo que se dice y se escribe pues uno queda retratado. Este burofax “retrata” a gente que creíamos que era familia y que un buen día se levantaron y decidieron pegarnos una bofetada. Como si no bastara con que yo me hubiera quedado sin mi marido y mis hijos sin su padre… Y luego vino el pleito.
Entre las joyas contenidas en este burofax (que “mis abogados” me han dicho que puedo publicar, pues lo aportaron ellos al pleito), me escriben que no puedo firmar libros como LOLI DE PRADA, “Este no es tu apellido ni tienes derecho a su uso”. Pues bueno, deciros que no solo puedo firmar un libro con el nombre de pluma que me de la gana, sino que desde el día 6 de noviembre de 1959 en que me casé con Joaquín de Prada González yo pasé a ser Loli de Prada, y si no les gusta que se aguanten. Aquí podéis ver unas cartas de 1975 y 1976, que me mandó Joaquín cuando fue a Dublin y a Londres a hacer un curso de inglés con nuestro hijo. Como podéis ver Joaquín tenía claro cual era mi apellido y yo también:
Y esa estupidez de que “si mi hermano viviese jamás hubiese autorizado su publicación (…) si mi pobre hermano pudiese levantar la cabeza, la volvería a bajar, avergonzado por ello”. Bueno, no tengo palabras. Honestamente ¿creen que si Joaquín levantase la cabeza lo que le avergonzaría sería mi precioso libro? No. Lo que le llenaría de pena sería ver a sus hermanos ensañados contra su familia, contra Loli, Joaquín, José Manuel y Cristina de Prada, que era lo que más ha querido en su vida.
Podría escribir páginas y páginas en respuesta a ese burofax, pero sería malgastar mi aliento, por lo que solamente quiero hacer unos cortos comentarios:
-Si hubiera sabido que el tema de las fotos se iba a convertir en este gran drama (aunque en el fondo creo que es “la excusa” para atacar el libro), obviamente no las habría publicado (las que salen los hermanos). Los padres y abuelos de Joaquín, son los abuelos y bisabuelos de mis hijos y por ahí, he de decir, que no habría pasado por el tubo pues mis hijos me han autorizado a utilizar esas fotos de SU familia (que mis hijos son nietos y bisnietos, no los recogimos en una cuneta).
-Que la madre de Joaquín no quería salir en fotos ni conservar fotos es un tema muy debatible (ya que a Joaquín padre, Joaquín hijo y a mí nos regaló albumes y fotos), y dejaré que mi hija Cristina escriba sobre el tema en un comentario pues tiene una opinión muy clara al respecto.
-Parecería que NO SE HAN LEIDO EL LIBRO, pues hablan de alusiones a José Mª de Prada González que “no se ajustan a la realidad”, y honestamente no sé de que hablan, pues aparte de una anécdota puntual que se explica por la época represiva en que transcurrieron los hechos, no hago ninguna alusión que se pueda considerar dañina. Al contrario, le agradezco que le diera dinero a Joaquín para que me pudiera visitar.
-El libro es DE Y PARA Joaquín y la mención de su familia es totalmente incidental y podría haberles eliminado del libro sin que éste se hubiera visto afectado, pero siendo un libro biográfico tenía sentido que se les mencionara ymi aparecieran su fotos.
Os dejo a vosotros que juzguéis…
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De verdad os aseguro que me gustaría poder dar con la razón, pero no puedo, me es totalmente imposible entenderlo. Nunca he sabido lo que es un pleito aunque estaba casada con un gran jurista. No comprendo ese mundo dañino y malo dónde las personas (por llamarlas de alguna manera) se intentan sacar los Ases de la manga sin tan siquiera saber si hay otra persona que tiene una baraja aún más potente que la suya (y que años antes había ido guardando en su esmoquin). Aunque no creo en casi nada ni en casi nadie, he sido lo suficientemente inteligente para saber, desde que era muy pequeñita, qué es bueno y qué es malo y quien es bueno y quien es malo.
Ahora Joaquín de Prada González y yo sabemos lo que es un pleito. Un pleito interpuesto por gente mala, un pleito lleno de mala sangre, de envidia y de rencor. Que no quede ninguna duda, el pleito por el que se quiere suprimir EL LIBRO es una afrenta y un insulto a la memoria de una única persona, y esa persona es Joaquín de Prada González. Aunque la lucha no está perdida, ya que el tema está en apelación, según la sentencia los libros se deberían DESTRUIR. Tal y como están ahora las cosas, Joaquín de Prada González ha perdido.
De uno de los montones de papelotes que conlleva un pleito (en la mayoría de ellos solo se dicen tonterías y mentiras) os transcribo un párrafo que se presupone lo ha escrito alguna de esas personas que intentan decir son “familia” de mi marido, o sea, “familia” del padre de mis hijos, aunque de eso NADA, no son ni hermanos de mi marido, ni sobrinos, ni cuñadas, ni ese gran etcétera. El apellido es pura coincidencia, como el nombre del perfume. Mi marido, Joaquín de Prada González, a todos los efectos, era hijo único, si bien tuvo una preciosa hermana que nos dejó de muy pequeñita y tuvo un maravilloso padre (que no tuve la suerte de conocer, aunque Joaquín me hablaba continuamente de él, y de los dos conservo muchas fotografías) y tuvo una madre maravillosa que también fue mía.
Aquí sigue el párrafo del que os hablaba, aunque de este mismo calibre los hay a montones dentro de este largo pleito. Es una página 15 de no se que parte (no me suelo molestar en leer tanta mentira) y dice así:
Puede igualmente afirmar esta parte, que la primera persona que expresaría su reproche, de estar vivo, sería el fallecido esposo de la demandada que como ha quedado sobradamente acreditado en el juicio, era una persona tremendamente reservada, tímida, introvertida y nada dada a confidencias.
Yo quiero hacer saber y lo digo en nuestro precioso y prohibido Libro “Joaquín y Loli un encuentro de Cine”, precioso libro gracias a la editorial, el editor y todos los que hemos contribuido en el, que cuando yo conocí al único amor de mi vida, él era ciertamente, una persona triste. A los 10 minutos de estar con él me di cuenta de ese hecho, que se vio confirmado cuando al rato, esa misma tarde, él mismo me lo dijera.
Lo cierto es que todo lo que pueda haber dicho y montones y montones de cosas más los tengo de su puño y letra. Todo, absolutamente todo, de lo que se hablara o en San Javier o en Campo de Criptana, me lo escribía a mi palabra por palabra y si algo pensaba él que me podía hacer mucho daño verlo por escrito, esperaba a contarme los detalles de voz en la cafetería Denver de Cartagena, cuando nos podíamos ver, entre palabras y caricias.
Él, mi marido, mi gran amor, Joaquín de Prada González, desde el instante en que nos miramos a los ojos, su vida cambió. Cuando estaba conmigo era otra persona y no quiero con ello decir que no nos costara a los dos sacar ese dolor que llevaba dentro, pero aún así, era una persona dulzona, comprensiva, cariñosa, inteligente y con él se podía mantener cualquier tipo de conversación. Mi cariño y forma de amarlo le hacía muy feliz. Estando juntos él ganó confianza y fuerza.
Él solo ha querido, como yo, una cosa en la vida y es que estuviéramos juntos. Yo nunca le he conocido como persona reservada, ni tímida, ni introvertida. Lo que si hemos hecho, por las circunstancias que imperaban entre los dos, es sólo contar o hablar de aquello que creíamos oportuno. Para saber cómo era él antes de conocerme, basta con leer los escritos de nuestros queridísimos amigos Julio Burdiel Hernández, Alfredo Flores Pérez y Luciano G. Egido (publicados en el libro “Joaquín y Loli un encuentro de cine”). Pero esas personas que le han puesto un pleito no parece que le conocieran en absoluto, y tampoco parece que hayan aprendido nada acerca de él leyendo el libro (eso si se lo han leído, que lo dudo cada momento más).
Quiero dar las gracias a todas esas personas que continuamente me mandan cartas de su puño y letra o por correo electrónico, pidiéndome saber más. A todos os quiero pedir que tengáis un poco de paciencia, que de todo os iréis enterando. Tengo toda la intención de ir publicando este maravilloso material de distintas formas, como a él le habría gustado, compartiendo nuestra felicidad con todo el mundo.
De verdad, que vale la pena que os lo contemos los dos muy juntitos.
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Nunca el calor nos ha llegado a través de los hermanos y otra familia de mi marido (Joaquín de Prada González). Lo único que ellos nos han dado ha sido dolor y pena. Injusticia y pleito.
Pero yo sigo siendo yo y Joaquín sigue siendo el Ilustrísimo Notario del Colegio Notarial de Cataluña al que tanto quiso y por el que dió parte de su vida.
Afortunadamente el cariño sí que nos llega a raudales a través de amigos que nos quieren.
¡Si supierais la cantidad de cariño que tengo metido en cajas!
Ya he compartido con vosotros una montaña de cariño que me mandó un amigo a través de una carta y si no os acordáis podéis volver a leerla siguiendo este link.
Ahora toca el turno a otra preciosa carta, que me llenó de felicidad cuando la tuve en mis manos y la leí y releí. Como podréis apreciar he eliminado algún pequeño detalle para mantener el anonimato del amigo que la escribió. Espero que la disfrutéis tanto como yo.
Querida Loli,
El mismo día en que recibí tu libro me puse a leerlo, al día siguiente lo había terminado e incluso había releído ciertos pasajes que me interesaban especialmente. Mi mujer hizo lo mismo dos días más tarde.
Debemos felicitarte por el resultado de tus trabajos, desde el punto de vista formal el libro es perfecto, las fotografías, las reproducciones de cartas, los diferentes colores de las páginas hacen que la lectura sea un placer literario y, al mismo tiempo cuasi-cinematográfico.
En cuanto al contenido nos produce nostalgia y dolor, la vida de Joaquín y vuestra vida en común se parecen mucho a nuestra propia vida, tal vez no en lo anecdótico pero sí en lo esencial. Yo también tuve que abandonar muchas cosas que me interesaban para conseguir lo que Joaquín consiguió y cuando triunfé profesionalmente me encontré con la sorpresa, desagradable, de que el trabajo y la deformación personal que el “cursus honorum” me había producido me hacían casi imposible dedicarme a mi vocación primera. En lo que respecta a nuestra vida común, te puedo decir que mi mujer guarda montones de cartas, no tan bien escritas como las de Joaquín, yo escribía normalmente en otro idioma, y que los dos conocemos la dureza de la relación entre opositor y novia cuando la distancia nos separa.
Por último quiero que sepas que en sus últimos años Joaquín dejó de ser para mí un compañero de profesión para convertirse en un amigo sincero y leal. La muerte de un amigo común y lo que Joaquín hizo por los suyos me hizo ver las cualidades humanas de Joaquín, desde entonces le tuve un gran cariño aunque nuestra amistad fue, como es natural a la edad que entonces teníamos, una amistad distante y más implícita que explicitada.
Loli, ha sido a la vez triste y agradable volver a encontrar a Joaquín detrás de las páginas de tu libro, te agradezco su envío y os deseo a ti y a tus hijos todo lo que Joaquín hubiera querido para vosotros.
Recibe un fuerte abrazo de mi mujer y mío.
19 de abril de 2007.
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Publico esta carta (incompleta, para mantener el anonimato de la persona que la escribió), porque la encuentro preciosa y me llegó al corazón.
31.12.06
Querida Loli:
He leído, y releído, tu libro “Joaquín y Loli. Un encuentro de cine”. Lo he comentado con otros compañeros, e incluso con mis hijos. Así que está valorado-juzgado por todos los ámbitos.
Antes de seguir te diré mi opinión: has hecho muy bien en publicar la obra. Ahí quedará, para el futuro, y para cuantos conocimos de una forma u otra a Joaquín. Y digo de una u otra forma porque la verdad, a mi parecer el libro me descubre un Joaquín desconocido. Siempre fue superinteligente (como ahora se dice), retraído en sus relaciones sociales, e introvertido.
Es decir, que hay varios Joaquín. Dejemos los aspectos domésticos y los sociales, a veces parejos, y a veces no, para fijarnos en el momento en que Joaquín llega a Cartagena. Nadie de quienes coincidimos con él en Salamanca conocimos -hemos conocido- al Joaquín que tú hiciste. Es otro. ¿Qué puedo pensar para una transformación semejante? La otra tarde alguien me dio su opinión, que comparto: Joaquín nació y vivió solitario y por primera y única vez sintió que el mundo explotaba y se engrandecía al lado de una mujer.
Allí cambió todo, sin haber ido de alférez, nunca esas cartas hubieran sido escritas. Nunca se hubiese transformado, sacado su lirismo, escribiendo esas palabras que a mí parecen a la altura de las más bellas amatorias que he leído.
Más lectores hay que alaban la originalidad del libro, su información, y allí se quedan.
Otros sostienen que no se hubieran atrevido a publicar cosas tan íntimas, especialmente algún pasaje.
Por mi parte, me parece que se quedan en la superficie. Vuestro amor fue singular. Merecía que quedara constancia de él, para que su belleza fuera leída por muchos.
Te felicito, estás viuda pero el amor que os profesasteis vale mas que cien años de anodina convivencia. A tus hijos, sin duda también les tiene que llenar de orgullo. Allí donde se hable del libro, me tendrás como al más encendido defensor. No todos podemos escribir como Joaquín.
Repito mi felicitación a todos. A ti, a tus hijos y hasta a los que hemos leído ese libro bellísimo, casi irreal.
Seguirá conmigo, para de vez en cuando recordar que hubo, en el siglo XX una chica que encontró su príncipe…
Abrazos
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Claro que habría preferido que lo quisieran y lo respetaran y que después de su muerte hubieran respetado su memoria, pero despues de su muerte nos ignoraron y cuando yo decidí homenajearlo con mi precioso libro ellos afilaron sus dientes y sus cuchillos y creyendo que los clavaban en mi persona en realidad los clavaron en la persona de Joaquín de Prada González, en su buen nombre, en su memoria. Ellos dicen que yo no soy nadie (y lo dicen continuamente), y es cierto porque la persona a la que todos conocen es a mi marido, es a Joaquín de Prada González. Ahora, cuando aquellos que le quieren y conocían le rememoran ven con tristeza que la memoria de Joaquín de Prada González se encuentra enfangada en un asqueroso lodo podrido en que lo han metido sus propios hermanos.
Dicen que quieren salvaguardar el apellido De Prada González, lo cual es una terrible ironía porque son ellos los que lo han enfangado y lo han metido en ese asqueroso lodo podrido. Nada tiene que ver mi libro ni las fotografías en litigio, porque yo nunca escribí ese libro con la finalidad de hacer daño a nadie ni con la idea de que tuviera una gran difusión. Esa es otra ironía, ya que el libro ha tenido mayor difusión como resultado de sus actos ya que yo he sentido la necesidad de hacer saber al mundo entero la realidad, que resulta evidente al tener el libro en la mano, de que el libro no es más que un homenaje a una persona muy querida, muy buena, muy inteligente, a Joaquín de Prada González. Ahora “después” muchísimas personas se interesan en el libro.
Yo siempre pensé que ese Libro podría llegar a tener cierto interés por el tema del cine y porque estéticamente es un libro precioso, aunque no necesariamente a todo el mundo tiene porqué gustarle, y de hecho es así, ese libro es un homenaje a mi marido y punto.
Yo admito que no soy nadie, ni lo he sido ni lo he pretendido ser jamás. No obstante quiero dejar muy claro que para hablar de una persona hay que conocerla bien y en mi caso yo diría que no me ha conocido bien más que Joaquín de Prada González. Hay personas que aseguran conocerme, mucho y muy bien y a quienes con frecuencia sorprendo porque no saben como soy yo de verdad. Nací sin que en mi casa supieran como soy y así he continuado toda mi vida, y no me arrepiento de ser como soy, ni de nada de lo que he hecho.
Encontré la felicidad a través de Joaquín de Prada González. Él comprendió desde el mismísimo instante de conocernos como era yo y sobre todo se dió perfecta cuenta de como de grande era mi corazón. Yo durante toda mi vida lo único que he querido es estar con él y juntos hemos aguantado carros y carretas en nuestro entorno. Yo por mi amor por él, él por su amor por mí. Alguien muy importante de nuestro entorno si que se dió cuenta de como nos queríamos y nos ayudó y nos quiso, ella también contra viento y marea.
Olvidémonos de todo lo demás, no vale la pena pensar en lo que pudo haber sido y no fue, abramos todos al mismo tiempo los ojos y digamos:
¿Se merecía Joaquín de Prada González esto que están haciendo con él?
¿Se merecía un camino de lodo o un precioso camino de rosas?
Para mí está claro, 18 años más tarde yo seguiré preparando para él un camino de rosas y colocaré una más el día 12 de junio de 2009 a las 3 y 12 minutos de la tarde, hora en que no tuvo más remedio que dejarme aunque no quería, os juro que no quería.
Para todo el que recuerde a Joaquín en su 18 aniversario, todo mi cariño y el de nuestros hijos.
Te amo Joaquín.
Si te gusta lo que he escrito (o no), o si tienes algo que contarme (o no), por favor deja un comentario, me harás feliz, asi que atrévete.
Si empiezas a leer y no conoces bien el trasfondo del tema, puedes visitar estas páginas web y enterarte de que va: http://www.lolideprada.com/?p=16 y http://kuki.deprada.net/?p=245
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Deseo que compartais conmigo, entre otras muchas y muchísimas cosas más que iremos compartiendo juntos, tanto chicas como chicos, mi gran gustazo y alegría al estar “Joaquín y Loli. Un encuentro de cine” en la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos (por cierto, si queréis compraros el libro lo podéis hacer directamente a través de la web de la Editorial Amarú o de la Librería Victor Jara).
Cada día, cada minuto que pasa, me siento más feliz leyendo este inmenso tesoro que tengo, que Joaquín dejó escrito para mí, y que tiene un valor incalculable. Tan incalculable como puedan ser las cartas de Kafka a Felice o de Neruda (nuestro gran amigo) a Albertina, o de otros tantos… Los libros que se publicaron con esas cartas los tengo todos regalados y dedicados por Joaquín. Ya lo digo en nuestro libro ¡Me gustan las cartas de amor!
¿No sería un presentimiento, o sino, porqué él me regalaba estos preciosos libros? Claro que hay que tener en cuenta que nuestra vida (1 de abril de 1956 a 12 de junio de 1991) fue toda ella una carta de amor solo que ampliada con tacto humano y besos muy especiales aromatizados con brillantes estrellas plateadas.
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